EU llama a China mejorar derechos

EU llama a China mejorar derechos

WASHINGTON (AFP).- El presidente estadounidense George W. Bush pidió ayer, jueves, a su homólogo chino Hu Jintao mejorar la situación de los derechos humanos, poco antes de que una manifestante del movimiento espiritual Falungong, prohibido en China, intentase interrumpir el discurso del jefe de Estado asiático.

“Falungong, está bien”, gritó varias veces una manifestante durante el discurso del mandatario chino, en conferencia de prensa en la Casa Blanca.

La integrante del movimiento religioso (prohibido en China, que lo considera disidente), una mujer vestida de negro que fue evacuada por un policía, logró pasar los controles de seguridad e interpeló a Hu desde el sector reservado a la prensa y los fotógrafos.

A su vez, también pidió a Bush su intervención para que finalice la represión de la que son víctimas los adeptos del movimiento religioso.

Mientras era evacuada, la manifestante abrió una bandera amarilla, muchas veces enarbolada por los seguidores del Falungong. Posteriormente la manifestante fue identificada como Wang Wenyi, una reportera de un diario fundado por el grupo espiritual, Epoch Times.

Wang será inculpada de perturbar el orden público y de “intimidación voluntaria”, informó el portavoz del Servicio Secreto, Jonathan Cherry.

El vocero de la publicación, Stephen Gregory, destacó que el hecho no fue planeado por Epoch Times.

Según la cadena de televisión CNN, el gobierno de Pekín bloqueó la transmisión de las imágenes durante la intervención de Wang Wenyi, que no se vio en China.

El movimiento Falungong mezcla creencias budistas y taoístas con ejercicios de respiración y meditación. China lo prohibió como un “culto malvado” en 1999 y encarceló a decenas de miles de sus miembros, quienes acusan al gobierno de torturas.

Visiblemente irritado, Hu debió alzar la voz para continuar con su discurso, en el que no hacía referencia a los derechos humanos. Su homólogo estadounidense se mostró avergonzado por el incidente, que tomó por sorpresa a los servicios de seguridad y protocolo de la Casa Blanca.

Más tarde, Bush pidió disculpas a su homólogo chino por el sobresalto de la manifestante, al que consideró un hecho “desafortunado. Lamento que haya ocurrido”, según Dennis Wilder, director en funciones para Asuntos Asiáticos, del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense.

Minutos antes de la irrupción de la manifestante, Bush había llamado a su par chino a mejorar los derechos humanos en China permitiendo la libertad de expresión y de religión.

“China ha resultado próspera porque los chinos tienen la libertad de comprar y de vender productos, y China puede mejorar su éxito brindando al pueblo chino la libertad de reunión, expresión y culto”, declaró el mandatario estadounidense.

“Continuaré discutiendo con el presidente Hu sobre la importancia del respeto a los derechos humanos y de las libertades del pueblo chino”, agregó.

Durante al intervención de los presidentes, unos 500 manifestantes se concentraron en las puertas de la Casa Blanca: algunos para protestar por la falta de libertad en China y otros a favor del presidente chino.

“Detengan el genocidio y el trafico de órganos de los practicantes del Falungong en China”, señalaban los carteles de los manifestantes.

Li Juan, una mujer de 41 años que vive en San Francisco (California, oeste), destacó que los manifestantes presentes viajaron a Washington desde 12 países diferentes para denunciar las torturas en China durante la visita de su presidente.

El Falungong acusa al gobierno chino del extraer y traficar ilegalmente los órganos de los prisioneros del movimiento religioso.

Los manifestantes pro chinos llevaban vestimentas tradicionales y banderas chinas, mientras algunos bailaban.

En la protesta también se encontraban eslóganes a favor de Taiwán y el Tíbet: “Reconozcan la independencia de Taiwán”. “Estamos contra la idea de toda unificación”, declaró Danny Lu, una estadounidense-taiwanesa que vive en Maryland (este).

Jessica Coven, una estudiante de 25 años y militante de la agrupación Free Tíbet, señaló que manifestaba para que el “presidente Bush hable del Tíbet con el dirigente chino”.

Bush y Hu: reunión  de buenas palabras pero pocos avances
Washington (EFE).-
La reunión entre los presidentes de China, Hu Jintao, y de EEUU, George W. Bush, para hablar de asuntos como el yuan o los programas nucleares de Irán y Corea del Norte, concluyó ayer con buenas palabras pero sin avances tangibles.

La agenda entre la potencia mundial y la emergente incluía temas como la balanza comercial entre los dos países, los derechos humanos en China, Taiwán, la piratería comercial o la cooperación en cuestiones energéticas, entre otros, pero ambas delegaciones habían dejado claro que no habría progresos importantes.

Como se esperaba, tras su reunión en el Despacho Oval, ambos presidentes se deshicieron en elogios sobre su buena relación y la importancia de su colaboración para el bien de sus dos países y todo el mundo. Pero a la hora de precisar logros concretos, quedó claro que aún queda mucho por hacer.

En el asunto que más preocupaba a los estadounidenses, la cotización del yuan, Bush se limitó a declarar que esperaba que la moneda china se aprecie.

Washington considera que la baja cotización del yuan, que fluctúa en una estrecha banda, mantiene artificialmente bajos los precios de las exportaciones chinas y contribuye al ingente déficit comercial que EEUU mantiene con China, de 202.000 millones de dólares.

Según Bush, el presidente chino reconoció que el déficit comercial con EEUU es “insostenible”.

“Evidentemente, el Gobierno chino se toma la cuestión de la divisa de manera muy seria y yo también”, dijo.

Por su parte, Hu se limitó a afirmar que ambos mandatarios han tomado medidas y que darán “pasos para resolver este asunto”, aunque no precisó exactamente cuáles.

El año pasado Pekín aprobó una cierta flexibilización de su sistema de cambio, que ha sido, según el subsecretario de Estado de EEUU, Robert Zoellick, “dolorosamente lento” en aplicar.

En lo que respecta a la política internacional, los dos presidentes tampoco anunciaron ninguna medida específica.

EEUU, partidario de imponer sanciones a Irán por el programa nuclear de la República Islámica -que Washington cree que tiene fines militares-, esperaba aprovechar la reunión para atraer a Pekín a sus posiciones.

Hasta el momento, China había dejado claro que no es partidaria de sanciones a Teherán. Tras la reunión no parecía que hubiera habido ningún giro.

Bush sólo dijo que ambas partes están de acuerdo en la necesidad de impedir que Teherán llegue a tener armas nucleares y están en condiciones de “trabajar sobre tácticas” para solucionar la disputa con Irán.

En lo que respecta al programa nuclear de Corea del Norte, el gobernante estadounidense pidió más ayuda a Pekín para lograr avances en las conversaciones a seis bandas.

Hu aseguró que China “siempre ha hecho esfuerzos constructivos para desnuclearizar la península coreana” pero admitió que esas conversaciones sufren “algunas dificultades”.

“Espero que las partes puedan mostrar más flexibilidad, colaborar y crear las condiciones necesarias para una pronta reanudación de las conversaciones”, agregó el presidente chino.

Acerca de Taiwán, Hu reiteró la postura de Pekín de que la isla forma parte “inalienable” de China, mientras que Bush expresó su apoyo a la política de “una sola china” y condenó cualquier intento “venga de donde venga” por alterar el “status quo”.

La jornada comenzó con un incidente que causó cierto malestar para el Gobierno de EEUU.

Durante la ceremonia de bienvenida a Hu en los jardines de la Casa Blanca, una manifestante china logró introducirse en el área destinada a la prensa y proferir gritos contra el presidente chino, ante la evidente incomodidad de Bush.

“`Presidente Bush, impida que (Hu) persiga a los Falun Gong!”, una secta religiosa prohibida en China, dijo en un inglés de fuerte acento. En chino, aseguró que “`presidente Hu, sus días están contados!”

En el exterior del complejo de la Casa Blanca, varios centenares de manifestantes mostraban pancartas en apoyo a Falun Gong, a favor de la independencia de Tíbet y en contra de las reclamaciones de Pekín sobre Taiwán.

Tras su reunión, ambos mandatarios celebraron un almuerzo oficial, animado por una banda de música “bluegrass”.

La denominación de la visita ha sido motivo de cierta fricción entre Washington y Pekín, que la califica de “visita de Estado”, mientras que EEUU la considera sólo “oficial”. 

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