WASHINGTON (EFE)- El Gobierno de EEUU ha pedido a los países latinoamericanos que «urjan» a Venezuela a que adopte una postura «más conciliatoria» en su disputa con Colombia sobre la captura del dirigente de las FARC Rodrigo Granda. «Hemos pedido a nuestros socios del continente que urjan a Venezuela a que adopte una postura más conciliatoria y constructiva y ponga fin a cualquier relación que pueda tener con las FARC», declaró hoy el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.

«Creemos que todos en el continente tendrían que estar preocupados, deberían animar a Venezuela a adoptar una actitud de no confrontación, animarles a garantizar que no llega ningún apoyo de Venezuela a grupos terroristas que operen en Colombia», declaró el portavoz durante una rueda de prenso.

Brasil y Perú, país que preside la Comunidad Andina de Naciones (de la que forman parte Venezuela y Colombia), intentan mediar en la disputa, en iniciativas que gozan del apoyo de Washington.

«Ciertamente, cualquiera en el continente que trate de favorecer una solución pacífica a estos problemas debe hablar con las dos partes. Pero creo que en lo que concierne a lo que está en juego, uno de los principios primordiales debe ser el no apoyo a los terroristas», declaró el portavoz del Departamento de Estado.

La captura el mes pasado del dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Rodrigo Granda ha desatado una crisis en las relaciones entre Venezuela y Colombia.

Bogotá insiste en que Granda fue detenido el 15 de diciembre en la ciudad colombiana de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, mientras que Caracas afirma que fue secuestrado dos días antes en territorio venezolano, vulnerando así la soberanía del país.

Colombia considera que otros diez terroristas podrían encontrarse en territorio del país vecino.

Tras denunciar que el caso supuso la violación de la soberanía nacional, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, suspendió el pasado día 14 los acuerdos y negocios entre los dos países.

Al mismo tiempo, ordenó la permanencia en Caracas de su embajador en Bogotá, hasta que su colega colombiano, Alvaro Uribe, ofreciera disculpas y una rectificación pública, que no se han producido.

Chávez ha acusado también al Gobierno de EEUU de haber ayudado a la captura de Granda, algo que Washington ha negado tajantemente.

EEUU mantiene unas excelentes relaciones con Colombia, al que considera un gran aliado en la guerra contra el terrorismo.

Por contra, los lazos entre Washington y Caracas han registrado un deterioro gradual en los últimos tiempos y las relaciones se encuentran en su momento más bajo de los últimos años.

La llegada a la Secretaría de Estado de Condoleezza Rice, hasta ahora consejera de Seguridad Nacional, podría endurecer aún más las relaciones entre ambos países.

Durante su audiencia de confirmación en el Senado, Rice calificó al Gobierno de Caracas de «fuerza negativa» en el continente por los efectos sobre sus vecinos, por «abrazar» al único gobierno no democrático, Cuba, y por las medidas de Chávez «para suprimir a la oposición».

En un comunicado emitido el martes, el Departamento de Estado aseguró que «no hemos desempeñado ningún papel» en la captura de Granda y «estas alegaciones carecen de base y no tienen fundamento».

El Departamento de Estado ha reclamado también a Venezuela que «tome medidas» contra la supuesta decena de terroristas colombianos en su territorio.

Los representantes del Gobierno venezolano que alegan la participación estadounidense intentan, según el Departamento de Estado, «distraer la atención de la aparente permisividad, por parte del Ejecutivo de Caracas, hacia grupos terroristas que usan su territorio con impunidad».

Además, en alusión a la supuesta presencia de diez guerrilleros colombianos en Venezuela, otro portavoz del Departamento de Estado, Adam Ereli, declaró el lunes que Caracas debería «tomar en serio esa información, examinarla y en consecuencia dar los pasos adecuados y necesarios en lo que al cumplimiento de la ley respecta».