EU militarizaría su frontera con México

EU militarizaría su frontera con México

WASHINGTON (EFE).- El imparable flujo de drogas y de inmigrantes indocumentados, sumado a la presunta infiltración de terroristas por la frontera con México, han reanimado el debate en el Congreso de EEUU sobre su posible militarización. A ocho días del encuentro tripartito en Texas entre los presidentes de EEUU, George W. Bush, y de México, Vicente Fox, y el primer ministro canadiense, Paul Martin, los retos de la seguridad fronteriza acaparan cada vez más el debate sobre las relaciones comunes.

El senador republicano John McCain (Arizona), cuyo estado afronta presiones fiscales por el costo público de la inmigración ilegal, afirmó hoy que si antes se oponía a la militarización de la frontera, ahora piensa que es hora de replantearse esa idea.

«Pensé que era un terrible error mandar a los militares a la frontera, pero ahora me estoy preguntando si debemos explorar esa opción, porque está claro que, con el drástico aumento de la inmigración a través de nuestras fronteras, existe una mayor posibilidad de que los terroristas crucen» a EEUU desde México, dijo McCain.

McCain hizo esas declaraciones durante una audiencia del Comité de Fuerzas Armadas del Senado sobre las estrategias y presupuestos militares de EEUU para el año fiscal 2006, en el que se repasaron los logros y desafíos de la seguridad regional.

Al final de la audiencia, McCain se hizo eco de la continua preocupación de las autoridades de EEUU de que los terroristas se hayan infiltrado a través de la frontera de México, valiéndose de documentos falsos o mezclándose con narcotraficantes y contrabandistas de inmigrantes indocumentados.

En los últimos días, la secretaria de Estado, Condoleeza Rice, y el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, han insistido en que Al Qaida sigue decidida a atacar intereses estadounidenses, recurriendo a cualquier método posible.

McCain aseguró que aún a falta de pruebas contundentes, «el punto es que se puede y que (los terroristas) pueden entrar» por el desierto sonorense.

Preguntado por EFE sobre datos específicos, McCain dijo que «no importa» si no existen, porque ha habido un incremento en el arresto de inmigrantes no mexicanos en la frontera, y «si millones cruzan la frontera ilegalmente, tarde o temprano lo harán los terroristas».

Para McCain, la situación en la frontera «está fuera de control», y esto «absolutamente» subraya la urgencia de una reforma migratoria, un punto muerto desde los atentados de 2001.

El mismo Partido Republicano, que controla ambas cámaras del Congreso, está agriamente dividido sobre el plan que propuso Bush en enero de 2004 para legalizar temporalmente a millones de inmigrantes indocumentados.

Paralelamente, durante una conferencia sobre el estado de las relaciones entre EEUU y México, el legislador demócrata Silvestre Reyes (Texas) dijo que si bien hay caos en la frontera, «no creo que estamos a ese punto en que tengamos que militarizar la frontera».

En la conferencia, líderes políticos de EEUU y México hicieron un repaso sobre los logros y retos de la agenda bilateral, desde la cooperación en recursos naturales hasta la inmigración y la seguridad fronteriza.

Reyes afirmó que «existen elementos de inteligencia que verifican que (la infiltración desde México) es una estrategia de los terroristas», aunque esa información no es de dominio público para no alertar a los grupos extremistas.

Como ex jefe de una unidad de la Patrulla Fronteriza, Reyes considera que la respuesta yace en más recursos financieros, de personal y tecnológicos para la entidad.

El legislador de El Paso responsabilizó al Gobierno de Bush por la «falta de liderazgo» en estas lides y a un Congreso que «no ha tenido las agallas para actuar de forma coherente».

Agregó que «no tengo mucha fe de que haya algo positivo» en el encuentro tripartito de Texas, el próximo día 23.

La inmigración ilegal, que se calcula totaliza entre 8 y 10 millones de personas, ha aumentado las fricciones entre los gobiernos estatales y el Gobierno federal, porque los primeros financian todos los programas locales de educación, vivienda y salud con poca o nula ayuda federal.

Para grupos en ambos lados del debate migratorio, la búsqueda de soluciones se complica porque la inmigración ilegal -ahora hasta en los lugares más recónditos del país- es una fuente segura de mano de obra barata para las familias de clase media y muchos sectores económicos en EEUU.

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