EU quita licencias intercambio Cuba

EU quita licencias intercambio Cuba

CAMBRIDGE, Massachusetts, EEUU (AP).- Enero solía ser un mes de intensa actividad para las agencias autorizadas a enviar estadounidenses a la soleada Cuba. Pero este año ha sido diferente.

El gobierno de George W. Bush eliminó las licencias de intercambio cultural que permitían a casi cualquier estadounidense a viajar a la isla de régimen comunista, que ha estado sujeta a un embargo comercial de Estados Unidos durante más de cuatro décadas después que Fidel Castro se adueñó del poder.

Esas llamadas licencias para el contacto de «pueblo a pueblo» se proponían permitir que cubanos y estadounidenses se conocieran mutuamente un poco más, pero las autoridades sostienen que esos intercambios se han tornado prácticamente en un turismo apenas disimulado.

Los partidarios del programa dicen que el presidente Bush las abolió para conquistar votos de los cubanos anticastristas en el estado de la Florida.

Unos 160.000 estadounidenses visitaron Cuba legalmente en el 2002, el último año del que se tienen estadísticas, según el Departamento del Tesoro. Muchos más lo hicieron ilegalmente partiendo desde aeropuertos de otros países.

Pero el programa de intercambio cultural ofrecía la única opción para muchos estadounidenses interesados en visitar Cuba, dijo Merri Ansara, directora del programa Common Ground Education & Travel de Cambridge.

«Era el único medio por el que podía viajar la gente común interesada simplemente en conocer más sobre Cuba, sobre el embargo, sobre la situación», afirmó.

«Estaba estableciendo un diálogo», agregó la coordinadora de comercialización del programa, Laura Sitkin. «Y el diálogo estaba cambiando la política estadounidense».

Bob Guild, director del programa de intercambio para Marazul Charters Inc., con oficinas en Florida y Nueva Jersey, dijo que el número de estadounidenses que viajen a Cuba será presumiblemente mucho menor en el 2004. Su compañía envió 2.500 personas a la isla en enero del 2003. Este año, dijo Guild, la cifra se redujo en un 50%.

«La idea de usar el derecho de los individuos a los viajes como instrumento de política exterior no es correcta, constitucional ni moral», afirmó Guild.

Por primera vez, las dos cámaras del Congreso votaron el año pasado en favor de levantar la prohibición de viajes a Cuba. Pero el texto del proyecto se modificó a último momento porque Bush amenazó usar su poder de veto.

Además, el Departamento del Tesoro dejó de emitir las licencias para el programa de «pueblo a pueblo», que expiraron el 31 de diciembre.

La portavoz del departamento, Tara Bradshaw, dijo que los estadounidenses no estaban utilizando el programa de intercambio cultural para su propósito expreso, sino que sencillamente lo aprovechaban para ir de vacaciones a la isla caribeña.

«El viaje de los turistas deja divisas fuertes en manos de Castro y sus secuaces y hace muy poco para ayudar al pueblo cubano», dijo Bradshaw.

Katrina Hart, una pintora paisajista de Hamilton, viajó a Cuba en diciembre en uno de dichos viajes de intercambio, y aseguró que no fue una mera vacación, sino que asistieron a disertaciones sobre historia y cultura de Cuba y visitaron granjas, escuelas y museos.

«Pasamos la mayor parte de los días en tareas muy serias y tenemos un programa para demostrarlo», dijo Hart.

Sigue habiendo varias opciones para que los estadounidenses viajen legalmente a la isla como investigadores, gente de negocios que asista a conferencias o reuniones, periodistas, funcionarios del gobierno, deportistas aficionados y familiares íntimos de ciudadanos cubanos. También se emiten otras autorizaciones, por lo general a grupos humanitarios y religiosos.

La vicealcalde de Cambridge, Majorie Decker, viajó en noviembre en un viaje de intercambio a Cienfuegos, Cuba, donde estudió la educación infantil y programas de biotecnología, que consideró «muy avanzados». Agregó que todos los estadounidenses deberían tener el derecho de viajar a Cuba para extraer sus propias conclusiones sobre la isla.

«De ese modo se construye un mundo más seguro; cuando la gente mantiene contactos y uno deja de ser un misterio», dijo Decker.

Algunas agencias de viajes que dependían solamente del programa de intercambio para enviar grupos a la isla se esfuerzan por hallar una alternativa legal.

Pero el Centro de Estudios Cubanos, uno de los grupos más antiguos que ofrecen intercambios culturales con la isla, se vio obligado a suspender sus servicios de viajes, dijo Marcos Meconi, que coordinó viajes a Cuba para el centro con sede en Nueva York.

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