Estados Unidos, la Unión Europea (UE), la OTAN y otros cinco países acusaron ayer a China de estar detrás del ciberataque global de marzo contra Microsoft, pero evitaron imponer inmediatamente sanciones al gigante asiático.
La acusación promete aumentar las tensiones entre Pekín y Washington, que hasta ahora había centrado en Rusia la mayoría de sus quejas sobre los crecientes jaqueos de empresas e instituciones gubernamentales estadounidenses.
“Igual que el Gobierno ruso, el Gobierno chino no está haciendo esto directamente, pero está protegiendo a aquellos que lo hacen, y quizá incluso ayudando a quienes lo hacen”, dijo el presidente estadounidense, Joe Biden, en declaraciones a periodistas en la Casa Blanca.
La Casa Blanca aseguró en un comunicado que el Ministerio de Seguridad Pública de China, el principal órgano policial y de inteligencia del país, “contrata” a “piratas informáticos criminales” para llevar a cabo “operaciones cibernéticas no permitidas a nivel global».
Entre ellas, destaca el ciberataque del pasado marzo contra Microsoft, que afectó a hasta 250,000 sistemas informáticos en todo el mundo, entre ellos la Autoridad Bancaria Europea, el Parlamento noruego Parlamento y la Comisión del Mercado Financiero de Chile.