Los Estados Unidos envían todos los años un cheque de 800 billones de dólares a los países árabes para el pago de  sus compras de combustibles fósiles, el cual  representa en valores absolutos:  25% del presupuesto de la nación,  50%  del déficit presupuestario anual del país y una enorme desigualdad en el intercambio comercial.

Dentro de una década o tal vez antes,   Estados Unidos se convertirá en la nación productora de petróleo y gas natural más grande del mundo. No sólo podrá abastecer sus necesidades energéticas, sino que  será el mayor exportador de hidrocarburos  y como consecuencia transformará  el rol que desempeña en la comunidad internacional.

La energía barata será el comienzo de la edad de oro para la economía norteamericana. La razón es simple, debajo de sus suelos se encuentran los depósitos de petróleo y gas natural más grande del planeta– Por años,  los pozos fueron explotados hasta que se «secaron»,  pero esos yacimientos  estaban sobre inmensas plataformas de piedras (shales)  de gran espesor,  donde el crudo estaba atrapado.

Usando la técnica de fracking, que consiste  en inyectar agua ligada con químicos a grandes presiones,  liberan los crudos de petróleo.  Esa misma técnica se aplica en la explotación de gas natural.

Las implicaciones que esto traerá al resto del mundo  es difícil de predecir, pero sí se puede deducir rápidamente que  esto afectará principalmente a los países del Golfo Pérsico,  que no sólo dependen de lo que nos venden,  sino de los gastos que tienen que hacer en defensa,  muchas veces no sólo para defenderse de los vecinos hostiles que los rodean,  sino  usando esas armas en contra de sus propios pueblos,  a los cuales tienen sumergidos en la ignorancia, pobreza y dictadura.

Irán será afectado, pues su presupuesto anual  depende de esa industria,  sin embargo, los más afectados serían  los  Rusos, que dependen de las ventas de gas natural a Europa amarradas al precio del crudo mundial. Europa cruzará el Atlántico para sus necesidades energéticas y punto.

Los  Rusos,  para mantener su estabilidad y programas sociales, necesitan un precio por el orden de 125 dólares el barril. Tampoco podrían mirar al este,  pues a la China e India   les sería más barato comprarles a los árabes y austriacos. Estos  últimos  sí van a explotar sus grandes yacimientos similar a los estadounidenses, pues tienen tecnologías, recursos hídricos en abundancia y recursos económicos.

Aunque muchos países tienen petróleo y gas natural atrapados en las piedras (shale) como son Canadá,  México,  Argentina,  Polonia, Francia,  Brazil,  Sudáfrica,  Libia  y  China, muchos  no tienen la tecnología ni  capital. Pero también   algunos de esos países,  como es el caso de Francia,  que prohibió por ley   la explotación usando la tecnología de fracking,  pues podía contaminar los escasos acuíferos  que tienen.

Otros, como China,  tienen esos recursos en terrenos desérticos y no tienen el agua para explotarlos,  algunos como Argentina,  les dará trabajo encontrar inversionistas, pues esos capitales  no querrán pasar por la experiencia vivida este año por España, cuando  el gobierno Argentino les expropió sus intereses.

Así pues, los Estados Unidos  lleva el liderazgo,  porque arrancó primero, tiene el capital, experiencia, tecnología y voluntad política.  Ya empezó  el desarrollo de los terminales de gas para estar en posición de exportar a más tardar a principio del año 2016.