Euclides Gutiérrez Félix y su libro

Euclides Gutiérrez Félix y su libro

FARID KURY
Euclides Gutiérrez Félix, como Eugenio María de Hostos y Juan Bosch, dos Maestros de América, cuando escribe o habla, educa, enseña. Soy su admirador y lo soy desde años. Lo admiro como intelectual, como historiador, como escritor, como orador, como patriota.

Euclides es un dominicano que distingue la República Dominicana. Forjado en las postrimerías de la Era de Trujillo, de la que fue senador de la República con apenas 24 años, y en las luchas turbulentas surgidas con la caída de la dictadura, nunca se ha apartado de la defensa de la patria.

De una formación cultural, política e intelectual de acero, es el único dominicano que ha sostenido, intimidades en algunos casos, como con Juan Bosch y Francis Caamaño, y buenas relaciones con otros, como Trujillo, Joaquín Balaguer y Fidel Castro.

De un carácter y una personalidad fuerte, pero también agradable, lo que se descubre con facilidad inmediatamente uno tenga la oportunidad de tratarle, ha participado, desde al menos cuatro décadas, en los acontecimientos principales de la República Dominicana.

En la Revolución de Abril le tocó la honrosa tarea de sustituir al coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, fundador del movimiento militar constitucionalista, como Ministro de Interior y Policía, y fue un importante consejero del Presidente Constitucional de la República en Armas, coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Con el profesor Juan Bosch, su maestro y líder, abandonó el PRD para fundar el PLD. Hoy, sin disputa, es el dominicano que más ha contribuido, con artículos, conferencias, tertulias, ensayos y libros, a mantener viva la memoria de ese ilustre patriota llamado Juan Bosch.

Es un hombre con grandes vivencias y conocimientos. Si algún día decidiese escribir su memoria, o al menos, algunas vivencias de su trajinar con esos personajes, estoy convencido que tendremos enjundiosas historias de importantes acontecimientos hasta ahora no del todo aclarados.

En esta oportunidad nos ha presentado su obra: «Haití y la República Dominicana, un origen y dos destinos». Mi amigo César López, otro gran dominicano, me regaló un ejemplar. Como todo lo que escribe Euclides, lo leí con rapidez, interés y fruición.

Se trata de un tema sumamente importante y sensible, y por su amplitud y la forma sencilla y bien documentada en que es tratado, debe ser estudiado por todo dominicano interesado en conocer a profundidad el origen, la evolución y la relación con el hermano país de Haití.

Sin ambages y con valor aborda las tensas relaciones dominico- haitianas, desde que Haití hizo su revolución, la primera de América, y se independizó de Francia, pasando por la Guerra de la Reconquista, la Independencia Efímera, la dominación haitiana de 1822, hasta llegar a la Independencia Nacional de 1844 y todo lo que significó la guerra con Haití para consolidar nuestra independencia.

Trata también la matanza de haitianos ordenada por el dictador Rafael Leonidas Trujillo en 1937. Y hace un recorrido interesante hasta llegar al presente de nuestras relaciones, muchas veces tensas, con los gobiernos haitianos que han sumido a su país en el terror, la anarquía, miseria y pobreza.

Escrita con una documentación profusa y capacidad analítica, pedagógica y didáctica, producto de varias décadas de docencia, esa obra, prologada por la pluma prestigiosa de Manuel Núñez, Miembro de la Academia Dominicana de la Lengua, es un extraordinario aporte al conocimiento de las relaciones bilaterales entre Haití y nuestro país, y con toda seguridad, es un material obligatorio de estudio, no sólo para los investigadores e intelectuales, sino también para nuestros estudiantes llamados a dirigir mañana la sociedad dominicana.

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