Nos recordaba hace unos días nuestra hermana que el ser humano oye lo que quiere oír, refiriéndonos que estando al lado de su superior inmediata en su trabajo, ésta le cuestionó sobre una conversación que tenía con otra persona. Nos dijo que efectivamente no estaba oyendo nada de lo que hablaba su jefa con el paciente: “No me interesaba esa conversación”, simple y llanamente, expresó.
El avezado dirigente político, historiador, periodista, catedrático universitario don Euclides Gutiérrez Félix, se engaña a sí mismo, cuando afirma que el gobernante Partido de la Liberación Dominicana aplastará inmisericordemente al opositor Partido Revolucionario Moderno.
Don Euclides, como todos dirigentes políticos hacen, no va a “tirar la toalla” desde ahora. Recordemos personajes de la política vernácula que fueron candidatos presidenciales por años y siempre decían, “está es mi oportunidad”. “Ahora yo gano”. No es necesario mencionarlos por sus nombres; evitemos la promoción.
Lo propio ocurre ahora al historiador y político Gutiérrez Félix, quien conoce más que nadie lo que ha pasado en su PLD, el que, con la salida del doctor Leonel Fernández, sufrió un descalabro peor a las varias escisiones sufridas por “el glorioso” Partido Revolucionario Dominicano, convertido hoy por el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, en una entelequia partidaria que sólo sirve para hacer negocios espurios.
Euclides sabe todo esto, pero se hace el ignorante a sabiendas que con sus expresiones podrá engatusar a muchos incautos que pululan en nuestra fauna politiquera.
El desenlace está próximo. No existe la necesidad de desesperarse. El Partido de la Liberación Dominicana únicamente logra retener el poder dando un golpe de partido, acompañado de algunos militares adeptos a su cúpula.