Eugenio María de Hostos en Santo Domingo

Eugenio María de Hostos en Santo Domingo

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El Anteproyecto de Nueva Ley General de Enseñanza Pública, redactado por Eugenio María de Hostos por encargo del presidente Juan Isidro Jiménes, fue  presentado en 1902 ante el Congreso de la República por vía del Diputado Pelegrín Castillo Agramonte. Inmediatamente después, se desató en el país toda una embestida contraria a la aprobación de ese Edicto liderada por el sacerdote católico Rafael Castellano. Dichas iniciativas  apuntaban al carácter laico del proyecto de Ley en discusión. Se alegaba que Eugenio María de Hostos era extranjero y que como tal no tenía facultad para tomarse la iniciativa de someter al Congreso un proyecto de ley; que el Proyecto de Ley presentado resultaba excesivamente costoso; y que, en nombre de la libertad en la educación, el mentado Código prohibía la enseñanza religiosa. En medio de esa oleada de desacuerdos, el proyecto de Ley General de Enseñanza Pública redactado por Hostos  fue desestimado por el Congreso de la República. El insigne puertorriqueño nunca se recuperaría de ese fracaso.  Falleció la noche del 11 de agosto de 1903 en su residencia de Las Marías de “asfixia moral”  como dijera Pedro Henríquez Ureña.

Eugenio María de Hostos dejó huellas imperecederas en nuestro sistema de instrucción pública. Entre las grandes obras que se le atribuyen, vale la pena mencionar la introducción en el país  de los estudios de las ciencias sociales; la difusión de la enseñanza técnica; la fundación de la Escuela Normal para la formación de maestros;  la acomodación de los  estudios primarios y secundarios a horarios nocturnos; la fundación de las primeras escuelas de comercio; y su valiosa contribución a la reforma y expansión del Sistema Dominicano de Instrucción Pública. 

De la Escuela Normal fundada por Hostos egresaron dos promociones, una en septiembre de 1884 y otra al año siguiente. Lamentablemente, sólo dos, de los alumnos del insigne puertorriqueño, Félix Evaristo Mejía y Lucas T. Gibbes,  se dedicaron a la enseñanza; los demás, optaron por ejercer oficios que nada tenía que ver con la práctica docente. 

El 3 de noviembre de 1881, la poetisa y educadora Salomé Ureña fundó bajo la orientación de Hostos el Instituto de Señoritas dirigidos a la formación de docentes del género femenino. Se trataba de una institución semi-pública sostenida con fondos provenientes del Ayuntamiento de Santo Domingo y de las contribuciones económicas de sus alumnas. Dicho Instituto celebró en los años 1887 y 1889 dos graduaciones ordinarias, en las que trece damas se recibieron de maestras. Los graves quebrantos de salud de Salomé Ureña impidieron que continuaran abiertas las puertas del Instituto de Señoritas. Su cierre definitivo se produjo el 20 de agosto de 1894. Diferente a los alumnos de Hostos, las discípulas de Salomé Ureña dedicaron su vida al magisterio enseñando y fundando escuelas en diferentes localidades del país. Los quehaceres docentes de esas maestras todavía se hacen sentir en algunos de nuestros establecimientos dedicados a la formación y capacitación de maestros.

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