POR CARLOS FRANCISCO ELÍAS
Por razones ya conocidas me había sido imposible abordar el tema del espléndido Eurocine, que la Cinemateca Dominicana inauguró con muchos sacrificios y esperanzas el pasado 11 de mayo del año en curso. La idea para el Eurocine 2006 ha sido echar las bases o zapatas, para un Eurocine tipo festival en el 2007, que permita a la Cinemateca hacer del Eurocine un gran evento, para disfrute del público que ama el mejor cine: el de alta calidad.
Habría que decir que sin el concurso entusiasta de la Unión Eruropea en República Dominicana, hubiera sido totalmente imposible brindar el público estas obras de gran factura, un cine que nos permite tod : soñar, reflexionar, divertirnos, imaginar, comparar.
Hace muchos años que en este país el cine europeo competía en cierta manera con el gran cine gringo, despertando interés en quienes sabíamos que en la pantalla la imbecilidad de J. Wayne no podía ser para siempre, es decir for ever…
Para todos esos decir hoy Francois Truffaut o Ingmar Bergman o Michelangelo Antonioni, debiese significar un largo recuerdo de cine cómplice, dificil, cine para desentrañar, a decir verdad.
Aprender a ver buen cine desde los 60 hasta finales de los 80, fue una tarea masiva en el país, el cine tenía ese embrujo cautivante que hacia posible que los cineclubes florecieran con facilidad en toda la isla. Vale decir que la prensa dominicana jugó un papel esencial en este proceso: los suplementos culturales de esos tiempos dedicaban grandes espacios a los críticos de cine y sus competencias en las ideas y en las proposiciones intelectuales, era un tiempo de ideas propias, no importaba cuán conservador pudiera ser un crítico, el hecho era que se sabía que sus opiniones tenían razones e ideas digeridas y defendidas con pasión absoluta.
En otras palabras: la crítica de cine de antes, se odiaba mejor…
Hubo un tiempo en que el cine europeo pedagogizó sensibilidades, porque muchas de sus historias tenían la rigurosidad de eso que los nuevaoleros llamaban El Cine de Autor.
1 / EL CINE EUROPEO: SUS RAZONES DE SER
Pienso que a quienes adoran el cine europeo alguna vez se les ha ocurrido pensar, que en cierta manera, aquel cine evolucionó con el mismo sentido de búsqueda y destino que aquella Comunidad que en 1950, con el tratado de Roma, se lanzaba a una aventura fraternal, tratando de crear convivencia colectiva transnacional a partir de valores culturales cuyos hitos de armonías y logros universales ( ojo: inclúyase en el dorado paquete la transculturización que produjo la colonización, la que al cabo del tiempo se ha ido colocando en su lugar, con muchas dificultades) le harían diferentes a sus vecinos del otro lado del Atlántico, quienes aferradso a un pasado reciente (el pasado de los Estados Unidos de América en relación con una Europa Medieval, queda lejos y con gavela) interpretaron el capitalismo de otro modo, produciendo un automatismo peculiar, post industrial y digno aún de estudios sociales profundos y concluyentes.
La visión del mismo sistema, sus métodos, los alejó con el oceano por el medio, aunque en la relación Francia-Usa se pueden encontrar referencias históricas e intercambios significativos que la cronología de los hechos testimonia.
Las razones del cine europeo, sus formas de sensibilidad narrativa, su modo de abordar las problemáticas humanas le hacen merecedor de un gran ingenio y una libertad puesta prueba en cada proposición fílmica. Sobran las preguntas sobre la constante de este cine: la respuesta no se hace esperar: curiosamente en la evolución del mismo proyecto de sociedad de la Unión, especialmente en la libertad de la cultura y su marco de expresión, el cine europeo encuentra un sello característico muy personal, que lo diferencia con neta claridad de otras cinematografías no europeas.
Si me preguntaran hoy, en qué rubro de la cultura pudiera medirse la coherencia del proyecto Europeo, creo que la coherencia estética y la gran preocupación humana, serían constantes a destacar como parte de un aspecto de esa sensibilidad narrativa que exhibe su cine, para contar historias de los pueblos, la gente, sus tradiciones, sus sueños y sus fracasos humanos. La inspiración podría lucir equilibrada, pero no lo es, porque en esta cinematografía el uso de la libertad no es medido, las historias narradas son un desafio no solo a la imaginación, sino a las propias normas que el sistema pretende imponer, para que haya cierto orden, pero la pasión creadora las rompe, porque de eso se trata, de lo contrario sería una cinematografía que se mentiría a sí misma y a su vasto público.
Y suele suceder que cuando las cinematografías se mienten a sí mismas, sus representantes pierden raíces y ganas de decir en imágenes y lo que es más importante pierden su auténticidad.
EUROCINE PICA Y SE EXTIENDE HASTA EL 14 DE JUNIO
La retrospectiva de cine europeo llamada Eurocine la Cinemateca Dominicana la realiza desde el año 2005 y tiene por objetivo poner en contacto al público con lo más nuevo y mejor del cine de Europa, comprendida ahora por muchos países que antes no estaban en la Unión. A decir verdad, la sensibilidad como factor de coherencia es un rasgo esencial de esta cinematografía vasta como el globo del planeta.
El público de la Cinemateca Dominicana lo ha querido, Eurocine se extiende hasta el miércoles 14 de junio.
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