Europa abastece al mundo de éxtasis

Europa abastece al mundo de éxtasis

 VIENA (EFE).- Cerca del 80 por ciento del “éxtasis” que se consume en el mundo se fabrica en Europa, donde esa sustancia sintética ha conquistado el segundo lugar, después del cannabis, entre las drogas ilícitas más consumidas, según un informe presentado ayer en Viena.

Las conclusiones del documento se basan en los datos recopilados en el informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) correspondiente a 2005.

“Varios países de Europa siguen abasteciendo al mundo de MDMA (“éxtasis”)”, así como de anfetamina ilícita, que se fabrica en laboratorios clandestinos principalmente en los Países Bajos, Polonia y Bélgica, para introducirlas luego de contrabando en otras regiones a través de Australia, Canadá, Japón y Sudáfrica, señala la JIFE.

Además de exportarse, en los países europeos se consume una gran parte de las drogas sintéticas, y en el caso de las tabletas de “éxtasis” se ha registrado un aumento tras varios años de retroceso, especialmente entre los estudiantes.

Actualmente, se calcula que cerca de una tercera parte del consumo mundial de MDMA tiene lugar en Europa.

A modo de ejemplo, el documento destaca que un informe sobre la salud de los estudiantes irlandeses “ha revelado que el éxtasis es la segunda droga ilícita de mayor consumo” entre la citada población, “seguida de la cocaína, los ‘hongos mágicos’ (psilocibina) y las anfetaminas”.

Estas últimas sustancias psicotrópicas se consumen sobre todo en Alemania, Estonia, Islandia, Lituania y Polonia, donde se calcula que entre el 5 y el 7 por ciento de los estudiantes las utilizan, mientras que en los países restantes “apenas el uno por ciento de los estudiantes dijo haberlas consumido”.

Además de la expansión de estas drogas sintéticas, la Junta advierte que en Europa “continúa aumentando el volumen total de cocaína incautada, lo cual indica tal vez que el uso indebido de esa sustancia es muy extendido”.

Estos indicios se ven fortalecidos asimismo por un aumento de cocainómanos que solicitan asistencia en centros oficiales, aunque el documento lamenta la falta de una vigilancia sistemática de la demanda de drogas y de suficientes encuestas que permitan efectuar estimaciones más precisas.

La JIFE –el órgano autónomo de la ONU encargado de velar por el uso adecuado de los estupefacientes y evitar su abuso en todo el mundo– reconoce que el aumento de las incautaciones de cocaína puede deberse a un fortalecimiento de las medidas de control, especialmente en Holanda y España, los dos principales países por los que esa droga entra, generalmente procedente de Suramérica, a Europa.

“La implantación de inspecciones sistemáticas de los vuelos procedentes de América Latina permitió incautar 1.675 kilos de cocaína y detener a 565 ‘correos’ en los Países Bajos”, destaca el informe.

A ello se agrega la incautación, en el mismo país, de otros 1.545 kilos de cocaína oculta en envíos de carga, con lo que el volumen total de esa droga incautada por las autoridades holandesas aumentó de 17,6 a 21,4 toneladas en un año.

En 2005 también se efectuaron “incautaciones de cocaína extraordinariamente voluminosas en España y Portugal”.

   Aparentemente, el hecho de que España y los Países Bajos sean las principales puertas de entrada de la cocaína en Europa fomenta el consumo interno de esa droga, que después de la heroína es “la segunda más importante contra cuyo consumo prestan asistencia los centros especializados de tratamiento” en ambos países.

   El texto destaca además estudios según los cuales ha aumentado el consumo de cocaína entre los jóvenes de Alemania, Dinamarca, España y el Reino Unido, así como en algunas zonas de Austria, Grecia, Irlanda e Italia.

   En cuanto a la heroína, el consumo en la mayoría de los países europeos “se mantiene estable o va en disminución” pese a que ha aumentado la oferta de esa droga, procedente prácticamente en su totalidad de Afganistán, y que entra ilegalmente en Europa sobre todo a través de Rusia.

   En 2004, la cantidad de heroína incautada en Rusia alcanzó “el nivel sin precedentes de 3,8 toneladas”, destaca el documento.

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