Europa coloca satélite para sistema navegación

Europa coloca satélite para sistema navegación

MOSCU (AFP).- Europa lanzó ayer con éxito su primer satélite experimental del proyecto Galileo para probar en condiciones reales las tecnologías de su futuro sistema de localización y navegación por satélite que le permitirá independizarse del GPS norteamericano.

Un proyecto europeo por el que ya han mostrado interés varios países latinoamericanos como Brasil, Argentina, Chile y México.

“Tenemos un satélite que funciona”, declaró por teléfono a la AFP el jefe del programa Galileo en la Agencia Espacial Europea (AEE), Javier Benedicto, desde el centro espacial ruso de Baikonur, en Kazajstán. Un cohete ruso Soyuz se encargó de poner el satélite Giove A en la órbita prevista, a 23.000 km de altitud.

El lanzamiento se llevó a cabo a las 05H19 GMT, pero el éxito de la misión recién fue anunciado cuando el satélite llegó a su órbita definitiva, desplegó sus paneles solares y cargó los programas informáticos necesarios en el ordenador de a bordo.

“De hecho, todo ocurrió aun mejor de los previsto, gracias a una puesta en posición de gran calidad  -gracias al lanzador Soyuz-, que permitió acelerar las operaciones de estabilización del satélite desde la Tierra”, agregó Benedicto.

Giove A, un cubo de 602 kilos de peso fabricado por la empresa británica SSTL, servirá para poner a prueba durante dos años algunas nuevas tecnologías, como el reloj atómico más exacto jamás enviado al espacio.

También era la primera vez que la EAA, que copilota la fase inicial del proyecto Galileo con la Unión Europea, enviaba un satélite a una órbita mediana. Este posicionamiento garantiza al satélite una gran estabilidad, pero se dispone de escasa información sobre el entorno radioeléctrico.

El éxito del lanzamiento de Giove A era una condición indispensable para apuntalar los derechos de los europeos sobre las frecuencias que les atribuyó la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).

También es una bocanada de aire fresco para los promotores de un proyecto laborioso.

A principio de los años noventa ya se hablaba de la necesidad de poner en marcha una alternativa al GPS (Global Positioning System) estadounidense pero Galileo tendrá que esperar hasta 2010 para entrar en servicio, dos años después de lo previsto.

Entretanto, hubo que distribuir las contribuciones económicas, determinar las repercusiones industriales, elegir un operador y seleccionar su sede. Queda pendiente por ultimar el contrato de concesión que especifica el monto de las subvenciones. Tenía que haberse hecho a finales de 2005 pero se hará en 2006.

Gracias a una inversión de 3.800 millones de euros (unos 4.500 millones de dólares), Galileo permitirá a Europa independizarse en un ámbito estratégico y vital para el control del tráfico aéreo, marítimo y automovilístico.

Con esta tecnología puede determinarse en cualquier momento dónde se encuentra un camión o un tren, poner rumbo a un navío y ayudar a un automovilista a orientarse en una ciudad desconocida.

Con Galileo y GPS, que serán compatibles, podrá localizarse un coche robado, evaluar el tiempo que queda para el paso de un autobús y seguir a un delincuente que lleve un brazalete electrónico, pero también permite prestar auxilio a un senderista despistado.

El comisario europeo de Transportes, Jacques Barrot, estimó que era una “prueba de los proyectos ambiciosos que Europa puede realizar”.

La conquista de la tecnología espacial es prioritaria para las grandes potencias del Planeta que tratan de agilizar sus planes. Sin ir más lejos, Rusia acaba de reactivar su proyecto Glonass y el domingo pasado lanzó tres nuevos satélites.

La AEE estima que el número de usuarios de estos servicios podría rondar los 1.800 millones en 2010 y los 3.600 millones en 2020. En esta fecha el botín sería suculento, con un mercado mundial que representaría más de 250.000 millones de euros (unos 297.000 millones de dólares).

Además, la puesta en órbita de Giove A corona “un bellísimo año” para los lanzadores europeos, comentó el miércoles Jean-Yves Le Gall, director general de Arianespace y Starsem, la sociedad ruso-europea encargada de la comercialización de los cohetes Soyuz.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas