Europa: colonia “made in USA”

Europa: colonia “made in USA”

Basado en definiciones de varios diccionarios, en diferentes idiomas y lenguas, la conspiración en que participaron varios gobiernos europeos la pasada semana contra el presidente de Bolivia, Evo Morales, fue un secuestro. Ya porque fue retenido contra su voluntad en el aeropuerto de Viena o porque el avión presidencial en que viajaba fue tomado como rehén al negársele volar libremente, tal como establece la Convención de Viena para el Primer Mandatario de una nación libre e independiente.

Al mismo tiempo, esta conspiración secuestró la verdad de los hechos para tratar de mancillar la dignidad de los pueblos de América Latina. Darle crédito a la información de los aparatos de espionaje de Estados Unidos de que Edward Snowden viajaba en el avión presidencial boliviano podría reflejar estupidez y sumisión aunque nunca ingenuidad. La práctica es el principal criterio de la verdad y los hechos demostraron en demasía que nunca hubo, siquiera, la intención de que el Mandatario boliviano incurriera en ese desatino. Lo que sí hubo fue sumisión vergonzosa al intento de Estados Unidos de humillar a América Latina en la persona del primer Presidente indígena de este continente. Si tuvieran vergüenza debieran abochornarse por la falta de respeto de que fue víctima el presidente Evo Morales. Solicitar inaceptables excusas y disculpas de los gobernantes de Francia, España, Portugal e Italia luego del atropello al que se sumaron, no tiene valor alguno. Hoy, da la impresión de que los países colonizados ya no están en América Latina, donde la mayoría de los gobiernos rechaza sumarse a las políticas neoliberales de Estados Unidos. La actitud de Francia, España, Portugal e Italia parece indicar que las principales colonias del régimen imperial estadounidense están en Europa, donde parece abundar el político gobernante del tipo “Yes Sir”.

Este intento de humillación al presidente Evo Morales patrocinado por el gobierno de Barack Obama, lo hace lucir desesperado y sin control de sus actos. El gigante mundial está en medio de una pataleta que refleja su impotencia para frenar la difusión de las evidencias de sus perversos planes. Da la impresión de que en la Casa Blanca predominan la arrogancia colonial y el desquiciamiento político, ahora que son forzados a abandonar Irak y Afganistán mientras insisten en respaldar una guerra en Siria luego de haber destrozado a Libia. El gobierno de Obama ha perdido la racionalidad que pudo haberle quedado en reserva. Las denuncias de violaciones flagrantes a las leyes de Estados Unidos por parte de su gobierno, hechas por Wikileaks y Assange, Manning y ahora Snowden, le han hecho perder “las tablas”. Se repite la historia de Daniel Ellsberg y sus denuncias de las atrocidades estadounidenses en la guerra de Viet Nam durante el gobierno de Richard Nixon que llevaron a ese Presidente a ser evidenciado en otras de sus fechorías hasta, en definitiva, renunciar poco tiempo después. Paradójicamente, la difusión pública de las aberraciones de Obama no lo están llevando a corregir lo mal hecho, sino a insistir en las violaciones y tratar de eliminar a los denunciantes de sus delitos.

Con la llegada del Senador por Illinois a la Casa Blanca, muchos creyeron que por el color de su piel predominaría el establecimiento de una política progresista. Pero no. Sólo ha logrado reafirmar que sigue existiendo en Estados Unidos la dicotomía del “house nigger” y el “field nigger”, términos altamente racistas utilizados para enfatizar una diferencia entre los negros que estaban contra la esclavitud, y los que colaboraban con el opresor a fin de escapar de los sufrimientos más graves del sistema. El “house nigger” vivía con los blancos, era su sirviente y no sentía compasión por la población que trabajaba en las plantaciones de algodón.

Otro que debía avergonzarse por su comportamiento en relación con este caso es el gobierno dominicano de Danilo Medina. Que la cancillería dominicana no se hubiera pronunciado contra la vejación intentada contra el presidente de una nación amiga entra dentro de la categoría de vergonzante actitud. Se confirma una vez más que seguimos gobernados por aquellos que rinden culto a la filosofía del “Nueva York chiquito” que sembrara en ese grupo corporativo el servilismo de Leonel Fernández ante Estados Unidos.

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