BRUSELAS (AFP) – La Unión Europea adoptó el jueves un amplio plan de lucha antiterrorista, que incluye una estrategia para frenar la radicalización y reclutamiento de terroristas a partir del control de imanes que preconizan la violencia, internet y los desplazamientos hacia zonas de conflicto.

   «La estrategia enumera nuestro objetivos para prevenir nuevos reclutamientos de terroristas, proteger mejor potenciales blancos; investigar a miembros de las redes existentes; y mejorar nuestra capacidad de responder a las consecuencias de ataques terroristas», dijo el ministro del Interior británico, Charles Clarke, al final de la reunión con sus homólogos en Bruselas.

   El nuevo plan, del cual la presidencia británica de la UE había hecho una prioridad, busca dotar al bloque de las herramientas necesarias en materia de lucha antiterrorista tras la conmoción provocada por los atentados de Madrid en marzo de 2004 y Londres en julio pasado, que se saldaron con unos 250 muertos.

   «En mi opinión, este acuerdo es un paso mayor, es excepcionalmente importante», agregó Clarke al referirse a la estrategia, anunciada un día después del espectacular operativo llevado a cabo por policías belgas y franceses que detuvieron a unas 15 personas del entorno de la primera kamikaze europea que cometió un atentado en Irak, la belga Muriel Degauque.

   En efecto, varios gobiernos europeos enfrentan desde hace tiempo el problema de la existencia de centros de reclutamiento de terroristas instalados en sus países, capaces de preparar kamikazes para cometer atentados en Europa (como ocurrió en Madrid y Londres) o en zonas de conflicto como Irak.

   «Para controlar la radicalización y el reclutamiento de terroristas, la UE decide obstaculizar las actividades de las redes e individuos que atraen nuevos reclutamientos a las filas terroristas, y actuar para que la voz de la mayoría se imponga sobre la del extremismo», señala el texto adoptado.

   En ese sentido, y en una parte del documento que no fue hecha pública, se evoca la necesidad de favorecer el reclutamiento de imanes en las comunidades musulmanas de Europa y no del exterior, compartir las informaciones sobre los imanes radicales expulsados y disminuir su influencia en las prisiones.

   «Debemos aplicar además el marco jurídico apropiado para impedir a individuos preconizar y legitimar la violencia», indica el texto.

   El plan alienta a los Estado miembros a formar a la policía, a los profesores y a los trabajadores sociales contra el aumento del islamismo radical.

   «Debemos descubrir los comportamientos de ese tipo, por ejemplo recurriendo a la policía de proximidad y controlando eficazmente internet y los desplazamientos hacia zonas de conflicto», indica el texto, al tocar otras cuestiones esenciales.

   Sobre los desplazamientos hacia zonas de conflicto, la medida está relacionada con lo ocurrido, por ejemplo, en los atentados de Londres, ya que durante la investigación posterior al hecho, el gobierno británico había descubierto que algunos de los kamikazes habían viajado a Pakistán.

   En cuanto a internet, se preconiza la vigilancia de los sitios radicales en la red pero no se obliga a los Estados miembros a procurarse los instrumentos jurídicos que le permitan el cierre de los mismos, como pretendía Francia.

   «Los 25 Estados miembros no tienen la misma percepción de lo que constituye una amenaza terrorista», señalaron en ese sentido fuentes diplomáticas.

   Esta diferente percepción se hace aún más evidenre en otro tema: la retención de datos telefónicos, como los que ayudaron a los investigadores de los atentados de Madrid a encontrar a los responsables de esos ataques.

   Si bien los ministros se pusieron de acuerdo sobre la necesidad de esa retención, el problema yace en su alcance o en quién debe pagar sus costos. El tema será debatido el viernes en la segunda jornada del Consejo de Interior y Justicia.

   «Soy optimista, aunque es cierto que hay serias preocupaciones de varios Estados miembros», admitió en ese sentido Clarke.

   En una carta fechada el jueves, el comisario europeo de Justicia, Franco Frattini, urgió a los ministros a apoyar la propuesta de compromiso de la Comisión, que busca conformar a todas las partes.