Europa creó un grupo secreto para salvar el euro tras colapso Lehman

Europa creó un grupo secreto para salvar el euro tras colapso Lehman

BRUSELAS. Agencias. Dos meses después del colapso de Lehman Brothers en 2008, un pequeño grupo de líderes europeos formó un comité tan secreto que lo apodaron «el grupo que no existe». Su misión: esbozar un plan para evitar la cesación de pagos de uno de los 16 miembros de la Unión Europea que comparten el euro.

Un año después, cuando Grecia estaba en apuros, el cónclave, aún no había definido una estrategia. El comité tuvo enormes dificultades para superar los profundos desacuerdos sobre cómo y cuándo la zona euro salvaría a uno de los suyos. Nunca encontró la respuesta.

Una investigación de The Wall Street Journal, basada en decenas de entrevistas con funcionarios de la UE, revela que las divisiones que aquejaron al grupo dejaron a la unión monetaria al borde del precipicio. A principios de mayo, apenas unas horas antes de que Alemania y Francia llegaran finalmente a un acuerdo para respaldar un fondo de un billón de dólares (millón de millones) para rescatar a los países de la zona euro en problemas, la ministra de Finanzas francesa Christine Lagarde le dijo a su delegación que la zona euro estaba a punto de desintegrarse, según fuentes cercanas.

Una ola de cesaciones de pagos en la periferia de Europa podría haber desatado una nueva crisis financiera internacional, con incluso peores consecuencias que el hundimiento de Lehman.

Las profundas diferencias sobre política económica entre el norte frugal de Europa y el sur más derrochador, entre Alemania y Francia y entre los gobiernos nacionales y las instituciones centrales de la UE bloquearon una reacción inmediata y efectiva a la crisis. Hizo falta que los líderes se vieran al borde de una catástrofe (el colapso de la zona euro) para que pararan sus diferencias y alcanzaran un compromiso.

El presidente francés Nicolas Sarkozy, enfrentaba una caída en su popularidad a medida que la reestructuración de su economía llegaba a un punto muerto. Sarkozy vio la crisis de Grecia como una oportunidad para demostrar su capacidad de liderazgo y apuntalar su popularidad.

Para la canciller alemana Angela Merkel, la crisis representaba el mayor desafío de su carrera. Merkel temía una reacción negativa de los electores y legisladores, y como consecuencia, una derrota en la corte suprema de Alemania, si ponía en riesgo el dinero de los contribuyentes para salvar a Grecia. Pese a la presión de Sarkozy, Merkel se resistió tenazmente a un rescate de emergencia.

El peligro de una crisis de deuda soberana en la zona euro empezó a convertirse en una inquietud palpable en octubre de 2008. Hungría, un miembro de la UE pero que no utiliza el euro, estaba teniendo problemas para vender bonos a inversionistas nerviosos. La UE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial respaldaron a Hungría prometiéndole préstamos por 20.000 millones de euros.

Los tratados de la UE dejaban claro que el vehículo utilizado por Hungría no estaba al alcance de los integrantes de la zona euro y para la mayoría acudir al FMI era un tabú. Sus créditos estaban bien para las economías pobres y ex comunistas, pero no para los miembros desarrollados de la UE.

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Mecanismo de trabajo

Mientras tanto, el grupo secreto, coordinado por el presidente del Comité Económico y Financiero, la entidad encargada de manejar la política económica del bloque, llevaba reuniéndose clandestinamente desde noviembre del año  2008 para diseñar un plan en caso de que se desatara una crisis al estilo de Hungría en un país integrante de la zona euro. El comité aprovechaba las numerosas cumbres en Bruselas, Luxemburgo y otras capitales para reunirse, a menudo a las 6 de la mañana o a altas horas de la madrugada. Los participantes mantenían a los colegas en sus gobiernos a oscuras, por temor a filtraciones que pudieran generar una desenfrenada ola de especulación en los mercados.

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