Europa podría aprender de   lucha de deuda de los Estados Unidos

Europa podría aprender de   lucha de deuda de los Estados Unidos

Gillian Tett
El verano pasado, algunos de los bancos más grandes de Estados Unidos  secretamente surtieron sus cajeros automáticos del  máximo suministro de efectivo posible.

 ¿La razón? En julio de 2011, los banqueros temían que Estados Unidos pudieran estar cerca de sufrir una falla técnica, a causa de que el Congreso no estuviera de acuerdo con las medidas de aumentar el límite de deuda.

Así que ellos decidieron, después de discusiones colectivas, mantener esos cajeros automáticos repletos de billetes para asegurar que los consumidores nunca entraran en pánico de quedarse sin efectivo en caso de que sucediera el impago en el peor de los casos.

 Se trata de un aleccionador y esclarecedor punto para ponderar, en medio de tortuosos dramas que ahora rodean el futuro de la eurozona.

Ningún banquero europeo o americano actualmente quiere admitir en público que está preparando otro escenario por si llegara a suceder el peor de los casos, que podríamos llamarle la división de la eurozona, o la salida de un miembro, como puede ser el caso de Grecia.

Después de todo, en la reunión de la semana pasada del Foro Económico Mundial en Davos, los líderes de la eurozona enfatizaron su profundo compromiso en mantener intacta la moneda única. Y el consenso entre los altos banqueros yo expresé en los últimos días que es el escenario más probable para la eurozona en el futuro previsible, dice, con un 70% de posibilidad, es permanente “salir del paso”; los movimientos de liquidez del Banco Central Europeo han evitado los temores de una crisis inminente.

No obstante, casi nadie parece esperar pronto una solución verdaderamente positiva, y la mayoría piensa que un escenario de “división” o “salida” sigue siendo enteramente posible (dice que tiene un 20-25% de probabilidad). De ese modo, incluso entre su calmante retórica pública, la mayor parte de los bancos están ahora secretamente preparando planes de contingencia, sólo por si acaso.

En algunas formas, esto hace eco de lo que secretamente ocurrió en América el año pasado. En el primer semestre del 2011, los grandes bancos como JPMorgan y Bank of New York Mellon se pensaba que habían gastado cada uno alrededor de US$50 millones asegurando que sus contratos fueran legalmente herméticos en el caso de un impago por parte de EEUU, y esos contratos “repo” y los mercados financieros continuaron su funcionamiento conjuntamente con los cajeros automáticos.

En este momento, algunos de los grandes bancos pueden estar gastando mucho más, ya que la tarea es dramáticamente más compleja: ellos tienen que revisar las letras pequeñas de todos los contratos legales para cualquier salida del euro, y asegurar que las transacciones del mercado financiero sean herméticas, o al menos cubiertas. Muchos grandes bancos están también tratando de asegurar que sus pasivos en los países periféricos sean combinados con activos dentro del mismo país, antes que a lo largo de la eurozona en general.

No obstante, hay una distinción crucial con el “ensayo” del año pasado, y no es la reaseguración. De vuelta al verano del 2011, cuando se vislumbraba el impago de EEUU, los altos directivos de los bancos más grandes hablaron extensamente con cada uno sobre sus preparativos. Ellos, entonces, comunicaron estos movimientos de colaboración en extenso detalle a la Tesorería de EEUU, la Reserva Federal y a otros reguladores.

Por su parte, el gobierno nunca ofreció retroalimentación activa, mucho menos liderazgo directo en estas preparaciones; después de todo, habría sido políticamente suicida si las noticias hubieran llegado que la Tesorería estaba preparándose para un impago. No obstante, el simple hecho de que este diálogo estuviera en marcha fue profundamente reasegurarle a muchos jugadores del mercado que había un plan.

Sin embargo, hoy en Europa parece que hay poco o ningún movimiento similar de colaboración. Y si lo hay, es muy ultra secreto que ni siquiera los altos banqueros saben al respecto todavía. Sobre un nivel individual, la mayoría de los bancos grandes insisten en que están bien preparados, aunque muchos expresan preocupación de que los sistemas de intercambio o de liquidación parecen menos organizados. Pero nadie parece haber hablado extensamente a nadie más, mucho menos a nadie del grupo del gobierno central.

¿Por qué? Un problema es que el panorama bancario en Europa es mucho más fragmentado que en América.

Pero, para mí, esto deja a Europa a falta de algún truco; precisamente porque hubo ese “ensayo” el pasado verano, hay lecciones muy útiles que aprender, y prepararse para lo peor no necesariamente hace que suceda. Los líderes de Europa harían bien estudiando ese “ensayo”, y luego orar para que el peor de los casos no se materialice; más de lo que se materializó en EEUU el año pasado.

Zoom

Bancos débiles

1. Otro es que los débiles bancos europeos están ahora muy distraídos, o pobres de efectivo, para prepararse ni siquiera para un vago riesgo.

2. También hay una profunda renuencia entre algunos banqueros de la eurozona en admitir que  se están preparando para el peor de los casos, ya que se arriesgarían a truncar a sus propios políticos.

 3.  Y algunos banqueros argumentan que si una crisis realmente seria se materializa, como la salida de Italia, por ejemplo, sería muy devastador y más complejo que la planeación no tendría sentido.

México asegura  a U$85 el barril  de petróleo por depresión

Adam Thomson

en Ciudad México

México ha comprado protección contra los efectos de una depresión económica y aseguró sus exportaciones petroleras en US$85 por cada barril para el 2012, según dijo un oficial del Ministerio de Finanzas.

Miguel Messmacher, jefe economista del Ministerio, dijo que el programa de cobertura cubriría 211 millones de barriles, cerca de 580,000 barriles por día, en US$85 cada barril, o un 23.4% por debajo de los precios actuales de U$111 por barril.

El programa de cobertura petrolera de México es uno de los más grandes del mundo y los mercados esperan con impaciencia los detalles cada año. Este ha estado presentando cobertura similar en su producción petrolera desde finales de la década de los 90.

El país gasta grandes sumas comprando opciones de venta, lo cual se refiere a contratos que dan el derecho de vender a un precio predeterminado en un momento específico. Messmacher no reveló cuáles bancos han manejado la cobertura este año, pero en el pasado, México había comprado opciones de venta en un costo total de US$1 millardo a Goldman Sachs, JPMorgan, Barclays Capital y el Deutsche Bank.

 “México es uno de los jugadores más importantes, tal vez el más importante, en la cobertura petrolera”, dijo Messmacher. Pero él se rehúsa a revelar más sobre el programa. “Es un riesgo ofrecer todos los detalles sobre nuestras coberturas. Eso podría facilitar que otros inversionistas adquieran posiciones contra México y hagan nuestras compras más caras”.

Messmacher confirmó que México no había ejercido su programa de cobertura para el 2011 ya que los precios del mercado fueron más altos que el límite que este había asegurado.

La segunda mayor economía de Latinoamérica hizo olas en el 2009 después que tranquilamente compró enormes posiciones en el mercado petrolero a finales del 2008 en un momento en que el precio del metal estaba rodeando los $150 el barril.

El acuerdo, que involucró una cobertura casi de todas las exportaciones de petróleo del país a precios desde $70 hasta $100, ganando más de $5 millardos a un costo de sólo $1.5 millardos.

Los economistas dicen que la operación es un elemento vital para ayudar a reducir la volatilidad macroeconómica. México es el sexto mayor productor del mundo de petróleo crudo y los beneficios resultan por más de un tercio del ingreso del gobierno.

Sin embargo, las ganancias extraordinarias están escasas. El retorno anterior más notable de México fue en 1991, cuando los economistas estiman que el país obtuvo US$800 millones a través de un programa de cobertura.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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