Europa teme una «crisis después de la crisis», de imprevisibles consecuencias

Europa teme una «crisis después de la crisis», de imprevisibles consecuencias

ATHENES. AFP. ¿Podemos esperar una rebelión popular? Si eso ocurre, no vendrá «ni de los partidos políticos ni de los sindicatos» sino de personas anónimas «que jamás imaginaron hacer tal cosa…».  

Este reciente comentario del diario griego Kathimerini se aplica a Grecia, pero ilustra también la amenaza que pende sobre las democracias europeas, donde varios países emergen de la recesión sin que ello tenga por el momento gran impacto en los altos niveles de desempleo y pobreza.

Esta «crisis después de la crisis» alimenta la demagogia y el populismo, a pocos meses de las elecciones europeas.

Incluso en Francia, que no ha necesitado un plan de rescate internacional como Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y el sector bancario español, la subida del desempleo, la multiplicación de cierres de empresas y los aumentos de impuestos decididos por el gobierno socialista generan movimientos de protesta espontáneos y multiformes.

Los esfuerzos del presidente francés François Hollande para reformar con moderación el país son criticados de todos los lados: Francia no hace lo suficiente, alega por ejemplo la agencia de calificación Standard & Poor’s que acaba de degradar la nota del país; o hace demasiado, según múltiples voces preocupadas por la erosión del Estado de bienestar. Con ello, la popularidad del presidente está en mínimos históricos, y el Frente Nacional de Marine Le Pen crece permanentemente en intenciones de voto.

En España, donde lo peor de la crisis parece haber pasado y se esboza un tímido retorno al crecimiento, el desempleo sigue siendo devastador, ubicado a niveles récord, especialmente entre los jóvenes.

«¿Una mejora? No la veo», asegura Manuel Moreno, de 34 años, que acaba de perder su trabajo en una organización humanitaria de Madrid.

«Durante la crisis de los años 1990, se necesitaron 15 años para ver una mejora. Con esta crisis, que es peor, es posible que no mejore nada en 20 o 25 años», predice.

De hecho, no se espera ningún descenso del desempleo en España -que afecta a uno de cada cuatro activos- antes de 2014, según la Comisión Europea, y el 21,6 % de los españoles corren el riesgo de caer en la pobreza. Una silenciosa caída a los infiernos, mientras el desaliento gana incluso a las movilizaciones callejeras.

La misma desesperanza se ha apoderado de Grecia: el 6 de noviembre, día de huelga general, el sindicato GSEE del sector privado tomó la inédita decisión de anular su manifestación en Atenas, por falta de manifestantes.

Los dos grandes sindicatos griegos del sector público y privado están perdiendo credibilidad porque son percibidos como «representantes del Pasok», el partido socialista en el poder junto a los conservadores, según analiza el politólogo Ilias Nikolakopoulos.

«Morir de austeridad». Atenas prevé salir de la recesión en 2014 de seis años de recesión. Según la ‘troika’ de acreedores (UE, BCE y FMI), ello ha sido posible gracias a la extrema austeridad aplicada por el gobierno heleno: salarios y jubilaciones amputados, alza de impuestos.

Pero con un desempleo en alza a 27,6 % (55% entre los jóvenes), tampoco hay para los griegos de a pie ninguna mejora a la vista.

«Cuando la deuda explotó en 2010, nada cambió durante un año. Pocos despidos, salarios iguales o incluso mejorados. Lo mismo ocurrirá con esta supuesta mejora económica. ¿Cuando se verán los efectos positivos para la gente?», se interroga el periodista Polydefkis Papadopulos.

«Los griegos se adaptan mejor que los demás, pero hay riesgo de explosión», advierte.

El gobierno de coalición sólo tiene cuatro escaños de mayoría en el Parlamento. Y un éxito del partido neonazi Amanecer Dorado, en alza en los sondeos (a 10%) en las elecciones municipales y europeas desestabilizaría al sistema político.

En Italia, que podría salir lentamente de la recesión el próximo año, los populistas están también emboscados ante las elecciones europeas de mayo próximo. En particular el movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo, cada vez más mordaz ante una Europa acusada de impotencia frente a la inmigración y el desempleo.

«Una gran batalla se está librando: la de la Europa de los pueblos contra la Europa de los populismos», advirtió el presidente del Consejo italiano Enrico Letta.

«Lucho por una Europa que comprenda que se puede morir de austeridad y que solo con la política ganarán los ‘Le Pen’ (en Francia) y los euroescépticos como Grillo en nuestro país», resume Letta.

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