Durante la última década, en el país se registró un incremento en la cantidad de microempresas, pero a la vez ese período se caracterizó por un efervescente proceso de cierres y aperturas de negocios del sector, según la obra «La Microempresa Dominicana a Finales del Siglo XX», puesta en circulación ayer.

En la obra, escrita por Marina Ortiz y Omar Castro, cuya investigación es financiada por el Fondo para el Financiamiento de la Microempresa (FONDOMICRO), se resalta que «de 1993 al 2000 se incorporaron 39,246 nuevas empresas».

Explica que en el 1993 había en el país 309, 279 microempresas y al año siguiente se incorporaron otro poco más de 1,000.

Detalla que en los años siguientes, 1995, 1996, la tendencia fue a la baja, con una pérdida de alrededor de 25,000 unidades.

Señala que a partir de entonces, el sector de la microempresa se recuperó e incrementó de manera sostenida de 319,286 unidades en 1997, a 348,525 microempresas en el 2000.

Así, la cantidad de microempresas creció en un 13% de 1993 al 2000, lo que representa un aumento de un 1.7% anual, informa la obra.

Dice que a pesar del crecimiento registrado, el período en cuestión se caracterizó por un efervescente proceso de cierres y aperturas, donde alrededor de un tercio de las empresas finalizaba sus operaciones cada año.

En esa tesitura resalta que una proporción similar de microempresas entraba al mercado en el mismo período, que de acuerdo con la investigación, se caracterizó por un aumento en la cantidad de puestos de trabajo generados por este sector.

Dice que en el 1997, poco más de 700,000 empleos eran responsabilidad de las microempresas en el país y que «para el 2000, la cifra subió a cerca de 900,000 plazas laborales, lo que significa que en los años bajo estudio (1997-2000) se incorporaron alrededor de 200,000 mujeres y hombres al mercado laboral, a través de las microempresas».

En el sector la tasa de crecimiento del empleo fue de 4% anual en el citado período, superior al incremento del número de empresas, que fue de 1.7%, resalta.

Expresa que esto significa que las empresas en el año 2000 tenían más trabajadores en promedio que las de 1993, pasando de 2.3 trabajadores por negocio al principio del período, a 2.5 al final de la década.

«Esta incorporación de mano de obra a la microempresa colocó a este sector como el principal generador de empleos», sostiene.

Afirma que las informaciones recopiladas para el estudio que dio origen al citado libro, evidencian una tendencia “a la tercialización del sector microempresarial, pues ha sido el sector servicios el que ha incorporado más empresas en el ámbito nacional».

Refiere que en 1993, las empresas de servicios representaban el 16.5% de todas las microempresas y en el 2000 pasaron al 28%.

Por su lado, el sector manufactura incrementó tímidamente su participación de un 23% a un 24%. A su vez, el comercio retrocedió visiblemente desde un 60% que ocupaba en 1993, a un 47% en el año 2000, señala.