No creo que hoy día podamos encontrar alguien que no esté consciente de que una educación de calidad – con énfasis además en ciencias – es la plataforma ineludible para avanzar por el camino del desarrollo. En el mundo se ha extendido la preocupación por evaluaciones internacionales de los modelos de educación en un grupo creciente de naciones. La actividad evaluativa más trascendente es la que se conoce con el nombre de PISA – Programme for International Student Assessment, en español “Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos” -. Lo ejecuta nada menos que la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico – OCDE – que agrupa a los principales países desarrollados.
El objetivo es presentar comparaciones de con cuánta eficiencia están funcionando los sistemas educativos evaluados presentando un ranking de comportamiento. Lo entiendo válido en tanto no se pretenda tratar de imponer un modelo único que, ciertamente, parece lejos de las pretensiones toda vez que varios de los más ricos del mundo están mostrando un desmoronamiento de sus esquemas de educación, como Alemania y Estados Unidos, entre otros; la propia OCDE señala que en Europa hay 80 millones de personas que no leen mejor que un niño de diez años. En la última evaluación publicada las naciones mejor colocadas fueron Singapur, Hong Kong, Corea del Sur, Japón y Taiwán, aunque como ciudades Shanghái asumió el liderazgo. Claro predominio de Asia en tanto nueve naciones latinoamericanas, con la RD a partir de este año, quedan bien rezagadas, con Chile como mejor posicionada, pero lejos de los punteros. RD participó en la evaluación del 2016, se hace cada tres años, cuyos resultados serán publicados a finales de año; se evaluaron jóvenes de 15 años en matemáticas, ciencias y lectura comprensiva. La idea surgió en los noventa como alternativa al eje de comparación que se utilizaba hasta ese momento que se centraba en la inversión en educación y no por la eficiencia del sistema. No tergiversemos el dato; si no hay una adecuada inversión no se podrán obtener resultados masivos de calidad y bien orientados, verdadera clave del éxito.
Por supuesto, el Programa tiene detractores, especialmente provenientes de las naciones desarrolladas con “mala nota”, acusándolo de evaluación imperfecta. En verdad, no conozco ningún sistema evaluativo que sea perfecto pero en algo hay que medir resultados. En cada uno de los países examinados se toman como promedio 5 mil alumnos y en algunos casos muchos más. Andreas Schleicher, coordinador de PISA y considerado una autoridad mundial en educación, señala que la “educación de hoy, será su economía mañana”. El Programa se pretende extender a las universidades.
Próximamente la Academia de Ciencias de la República Dominicana acogerá una reunión de Puntos Focales de la Red Interamericana para el Estudio de las Ciencias, consciente que en “una economía global, las mejoras respecto a los estándares nacionales no son una medida del éxito. Se compite a nivel global”, según considera la OCDE.