Evaluar lo realizado

Evaluar lo realizado

HAMLET HERMANN
El doctor Luis Scheker Ortiz escribió en 2003 el libro “Panamericanos en Rojo”. En éste se anticipaba el despilfarro que unos Juegos Panamericanos significarían para nuestro país, sumido en una profunda crisis económica. Asimismo, vaticinaba un descalabro que el pueblo dominicano tendría que pagar con más hambre y miseria para satisfacer el ego de los dirigentes olímpicos e impulsar los deseos de reelección presidencial de Hipólito Mejía. No se equivocó el prestigioso abogado.

Tal como se esperaba, los anunciados éxitos de los Décimo Cuartos Juegos Panamericanos sólo estuvieron en la boca de los gobiernistas y en la pluma de bien pagados cronistas deportivos.

Después de finalizados los Juegos, me atreví a sugerirle al autor que, escribiera otra obra en la que se documentaran uno por uno los fracasos que sabiamente él había vaticinado. Pero el amigo Luis no hizo caso y pensó que con aquel profético libro había sido suficiente. Sin darse cuenta, caía en una posición que caracteriza a muchos dominicanos. Olvidamos que, luego de realizados los proyectos, es imprescindible evaluarlos en su desempeño para obtener experiencias. Si nos tocara ahora evaluar las inversiones que se hicieron para los Juegos de la frustrada reelección presidencial, nos habríamos dado cuenta de que ni un centavo más del erario debía ser gastado para satisfacer los sueños o los delirios de los dirigentes del partidaje dominicano.

Un análisis “a posteriori” también podría ser hecho con algunos proyectos de la década reciente para evaluar si lo realizado se corresponde con lo que propusieron sus creadores. Pongamos por ejemplo los pasos a desnivel y un tramo de túnel de la avenida “27 de Febrero” que fueron construidos durante el primer período de gobierno del doctor Leonel Fernández. Justo cuando se planteó el inicio de esas obras, los más renombrados urbanistas del país plantearon sus desacuerdos con la introducción de una vía rápida que violara la ciudad de Santo Domingo. Pero en nombre de la prisa y de la modernidad y por encima de la masiva oposición de la mayoría de los ciudadanos, las maquinarias empezaron su labor y el infierno se desató sobre esa parte de la capital.

Hoy se quiere retomar de nuevo aquel proyecto sin que se hayan evaluado las fortalezas y las debilidades de lo que se hizo seis años atrás. Cerrando los ojos a las experiencias, las buenas y las malas, los mismos de antes se lanzan de nuevo a “Faluyar” la ciudad de Santo Domingo, en nombre de la prisa y de la modernidad. Antes de que el infierno se desate de nuevo debíamos evaluar los resultados de lo realizado y recordar siquiera las opiniones de los renombrados urbanistas dominicanos.

Algunos de los parámetros que podrían ser usados para medir los beneficios y los perjuicios de esa vía rápida serían los siguientes:

1- ¿Han disminuido o aumentado los accidentes vehiculares desde que la avenida “27 de Febrero” se constituyó en obstáculo insalvable para los peatones?

2- ¿Cuántos muertos y cuántos heridos han caído tratando de cruzar esa autopista que atraviesa la ciudad?

3- ¿Cuánto le han costado al Estado y a los particulares la atención a cada muerto y cada herido por los percances ocurridos en esas vías? Eso para no mencionar los impactos emocionales sufridos por los familiares.

4-  ¿En cuánto han descendido los valores de los terrenos y de los edificios ubicados en los alrededores?

5-  ¿Se han arrabalizado las áreas situadas a ambos lados de los elevados o se han recuperado con mejorías en el entorno?

6- ¿Cuántas empresas y comercios han visto disminuidas sus ventas hasta el punto de que han quebrado o se han tenido que mudar del sector?

7-  Al cabo de cinco años de finalizados los trabajos ¿se ha agilizado el tránsito por los elevados o ya llegaron al punto de que se crean kilométricos tapones en las horas pico?

8-  ¿Cómo se comporta ahora el tránsito vehicular en las vías paralelas y perpendiculares más cercanas?

9-  ¿En qué medida se han deteriorado las estructuras de los elevados y del túnel y en cuánto ha descendido la vida útil de éstos?

10- ¿Quiénes fueron los constructores que se beneficiaron con esa alocada carrera para violar brutalmente a la capital dominicana? ¿Serán los mismos que ahora quieren continuar con el mismo plan de antes a pesar de los negativos resultados que están ante la vista de todos?

No me hagan caso, éstas son sólo preguntas que andan en busca de respuestas honestas, cosa esta tan difícil de obtener en un medio en el que los intereses han hecho desaparecer la racionalidad.

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