Con la Bandera Nacional como testigo y frente al Altar de la Patria, donde reposan los restos de los padres de la nación, feligreses del Ministerio de los Embajadores de Cristo del Concilio de las Asambleas de Dios, clamaron a Jesucristo para que en el país prevalezcan los principios del matrimonio original, constituido por la unión de un hombre y una mujer.

“¡Sí al matrimonio original!, ¡Sí a la familia que Dios creó!”, proclamaban los creyentes, principalmente jóvenes y adolescentes que alzaron su voz para que ninguna opinión personal, modas, políticas y cualquier otra cosa distorsione la concepción de la familia como está establecida en la Biblia, en el libro de Génesis.

“La familia es la base de la sociedad y está más que comprobado que solamente puede ser funcional y beneficiosa para el desarrollo integral de un país cuando mantiene el diseño en donde cada sexo dado por Dios y cada miembro cumple su rol específico”, establecía el manifiesto que leyó Julián Musa.