El actual proceso electoral nos dejará como legado histórico una participación como nunca antes de candidatos procedentes de la comunidad evangélica, esto debido sobretodo a la ya inocultable importancia política que tiene la iglesia protestante en República Dominicana con sus más de dos millones y medio de electores.
De ahí que la mayoría de las organizaciones políticas han incluido en los distintos niveles de sus boletas electorales a clérigos y laicos protestantes, a tal grado que hasta partidos ideológicamente adversos al pensamiento de la Reforma Protestante, de manera incomprensible han penetrado ciertas iglesias evangélicas y hoy por primera vez los vemos participando en eventos de esa comunidad de fe a los cuales nunca pensaron asistir.
Ver cómo la participación de los evangélicos en el actual proceso electoral se manifiesta a través de partidos políticos que van desde la ultraderecha hasta la izquierda o extrema izquierda, nos confirma la tesis de la inexistencia del voto religioso en República Dominicana, por lo menos hasta ahora, pues ningún partido puede ser descrito como el “partido de los evangélicos” ya que todas las organizaciones políticas del sistema están postulando candidatos de esa línea de fe.
A lo interno de la comunidad evangélica tendrá que suceder lo que está proyectado suceda en la sociedad dominicana a nivel nacional según las encuestas que se conocen, pues quienes se congregan en las iglesias, por ser tan dominicanos como los que más, son afectados positiva o negativamente por las políticas públicas que se apliquen en la nación.
Para entender la realidad política interna de la iglesia evangélica en República Dominicana es preciso conocer la distribución institucional de sus feligreses y el protagónico rol que juegan las estructuras conciliares y para-eclesiásticas en el direccionamiento del pensamiento de sus afiliados.