El presidente del Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE), Feliciano Lacen Custodio, llamó ayer a la sociedad dominicana a celebrar estas navidades y el fin de año con cautela y tacto, compartiendo en la unidad que brinda el entorno de la familia.
“Esperamos que la sociedad dominicana pueda celebrar las navidades del 2023 y el fin de año con sensatez y prudencia en familia, pero además celebrar con el debido cuidado y protección”, dijo.
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El llamado a los políticos
Feliciano Lacen también tuvo sus recomendaciones para los líderes políticos a quienes les invitó a considerar el valor de la Navidad, el cual es un tiempo de manifestar esperanza, amor, solidaridad.
“Recomendamos a los políticos, que en esta época tomen un receso de sus respectivas campañas y permitan a la sociedad un respiro para disfrutar y vivir el espíritu de este período, en un ambiente familiar”, expresó el representante de la comunidad evangélica del país.
El presidente del CODUE, destacó que las celebraciones navideñas y de fin de año, deben ser un momento para pensar sobre los compromisos, retos, y los desafíos que nos espera como país en el plano social, político y económico de cara al 2024.
“Esto debe ser un buen momento para la reflexión profunda como sociedad, ya que según los expertos habrá más inflación que en el 2023, e incremento de los productos de la canasta familiar”, indicó el ministro Feliciano Lacen.
Expuso la necesidad de que cada persona prepare su corazón, su vida, que el Señor Jesucristo nazca y crezca en la vida de todos los dominicanos de buena voluntad.
Lacen Custodio, espera que en el 2024 los dominicanos sigan construyendo un camino de paz, amor, felicidad y comprensión.
“Esta debe ser la tónica permanente para seguir confiando y apostando en la familia, las buenas costumbres, así como las relaciones de convivencia entre los que aman la patria de Duarte, Sanchez y Mella”, indicó.
Acordarse de los pobres
A juicio del reputado ministro de la comunidad evangélica del país, en esta época del año, es necesario pensar en esa mayoría olvidada de dominicanos empobrecidos, que viven en estado de vulnerabilidad, con escasos recursos para cubrir sus necesidades básicas.
“Hay que rescatar los valores de la fe, inspirados en la persona de Jesús, el cual es un símbolo de esperanza y paz para una sociedad en constantes tensiones», concluyó.