POR JUAN M. RAMIREZ
Cientos de personas de los barrios Paraíso, La Ureña y Cancela, del municipio  Santo Domingo Este, de la provincia de Santo Domingo, marcharon ayer contra la legalización del aborto, la delincuencia, el déficit de aulas y el desempleo.

La actividad, convocada por la Confraternidad de Pastores Evangélicos de los sectores señalados, concentró a los cristianos, quienes a ritmos de alabanzas se expresaron contra todo tipo de muerte, tras considerar que Dios es el único que tiene derecho a quitarla.

David Santos, coordinador de la entidad evangélica, manifestó que no se puede legalizar la muerte, como se pretende en la República Dominicana con el proyecto que cursa en el Congreso, por lo que exhortó a todos los sectores y personalidades del país a rechazarlo.

Asimismo, expresó que en esa zona no existe una escuela vocacional y que las dos escuelas que existen no abastecen la demanda.

Manifestó que debido a esa situación, decenas de niños no encuentran butacas en las escuelas, por lo que tienen que sentarse en latas y otros objetos que llevan desde sus casas, como es el caso de la escuela Ureña, frente a la cual se concentró la marcha.

Dijo que ni el Gobierno central ni el Ayuntamiento Municipal hacen nada por sus munícipes, lo que abona el terreno para que los jóvenes se metan en drogas y otros vicios.

Aseguró que esos barrios están hundidos en la droga, que se observa en cada esquina y no se ven las acciones de las autoridades para contrarrestar ese mal.

Señaló que las iglesias, juntas de vecinos y  líderes comunitarios se han acercado a las autoridades policiales para que acudan en auxilio de las familias de la zona, pero los esfuerzos han sido en vano.

Precisó que aunque recientemente fue instalado un destacamento en la zona, no ha sido suficiente, debido a que el consumo y la distribución de drogas han crecido de forma alarmante.

“Como iglesia estamos marchando en contra de todos esos flagelos que agobian a las comunidades de  La Ureña, Paraíso y Cancela”, dijo.

Santo denunció el desempleo que arropa a las tres comunidades localizadas a todo lo largo de la Autopista Las Américas, desde el Puente Juan Carlos hasta el Peaje.

“Aquí hay más de 25 mil habitantes, dos escuelas públicas, pero no hay una escuelas vocacional en la que la juventud pueda hacer una carrera corta e insertarse en el mundo laboral”, dijo.