Evangelios olvidados por reformistas

Evangelios olvidados por reformistas

La recordación del séptimo aniversario de la partida del presidente Balaguer tuvo como nota central la celebración de una misa en una de las iglesias construidas por él en esta ciudad, evidenció cuán olvidado se encuentra el evangelio entre los reformistas que protagonizan confrontaciones actuales dentro del PRSC.

Nos referimos a aquella admonición evangélica (Lc. 14)  cuando Jesús observó la competencia por ocupar los primeros asientos en un banquete al que fuera convidado: “nunca ocupes los primeros lugares…. sino los últimos hasta que seas llamado”.

La eucarística de aniversario se convirtió en una competencia irrespetuosa y desordenada por los primeros lugares en búsqueda de exhibiciones  previamente concertadas que opacó la solemnidad de la recordación y la brillante homilía del celebrante en torno a sus virtudes; citando entre otras: amor a la familia, a la tierra expresada en la patria, su nacionalismo y dominicanidad, en campesinos y productores cultivadores, la reforma agraria que  pudo hacer.

Nada de extraño tendrían estos olvidos en reformistas que pasan por alto el evangelio de su  propia forma de gobernar caracterizada por disciplina fiscal alcanzada mediante austeridad permanente, apoyo a productores, rechazo al endeudamiento, programas sociales sin discriminación partidaria y respeto al pluralismo mayoritario dentro de una democracia en perfección; olvidos graves si se enmarca dentro del contexto económico vigente afectado por la peor crisis observada en los últimos 80 años que reclama precisamente esta forma de gobernar.

Y que ignoran la importancia de las conceptualizaciones doctrinarias en el arte de gobernar,  a pesar que tanto el PRD como el PLD, que le sucedieron en el gobierno desde 1996,  fueron fundados por el mismo líder dentro la misma concepción estatizante de la sociedad, ostentando, como consecuencia, una enorme expansión del gasto público, imposición de nuevos tributos para financiarlos que finalmente resultan insuficientes y por lo cual recurren al endeudamiento comprometedor de la soberanía  financiera de la nación y la capacidad de prestación de servicios públicos.

Los aprestos que se vislumbran para asistir a la próxima cita electoral que rigen nuestra institucionalidad democrática también expresan el olvido de  estos evangelios: se prioriza concurrir aliados a partidos que profesan, pregonan y practican conceptualizaciones diferentes al reformismo socialcristiano; olvidando lo mas conveniente para la democracia dominicana y a los actores envueltos: la expresión pluralista de las distintas formas de pensamiento y acción en el manejo de la cosa pública.

Solo así se cumpliría con las obligaciones del reformismo para con la nación y con una sociedad que aspira y espera una forma de gobernar inspirada en evangelios hoy olvidados.

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