No obstante, la permisividad excesiva del gobierno en los horarios de venta y consumo de alcohol en la en época navideña, las personas conscientes debemos disfrutar de las festividades de fin de año con comedimiento para bien propio, de la familia y los demás, porque cuando se incurre en excesos y se mezcla la ingesta exagerada de alcohol con el desvelo o trasnoche, y en adición se toma el guía, se está apostando a la desgracia.
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Un agravante en esta época del año, es el congestionamiento vehicular en las calles y carreteras del país y en especial en los centros urbanos donde prolifera una plaga de motoristas, fuera del control de las autoridades del Intrant y la Diggesett, quienes violan semáforos, vías y las directrices de los policías de tránsito creando un caos que estresa y origina numerosos accidentes en las vías públicas.
Bajo la sombra de esta lamentable anarquía, tenemos que vivir tratando de llegar sanos y sin mayores contratiempos a los albores del 2025 para continuar nuestras vidas, junto a familiares, compañeros de trabajo y amistades, con nuevos bríos para enfrentar las vicisitudes propias de estos tiempos en que la ecuanimidad, paciencia y educación, son esenciales para vivir en paz con nuestros vecinos y semejantes.