LA PAZ (AFP).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, destacó ayer coincidencias en la política antidrogas con Estados Unidos, especialmente en la tesis de “cocaína cero”, pero admitió que persisten las discrepancias respecto a la negativa boliviana de destruir cocales.

“Con (el embajador estadounidense en Bolivia David) Greenlee tenemos varias coincidencias como la de la defensa de la democracia y la lucha contra la corrupción”, señaló Morales en un encuentro con la prensa extranjera.

Respecto a la lucha contra el narcotráfico, La Paz y Washington también coinciden en la necesidad de controlar el ingreso de precursores (reactivos químicos para la elaboración de cocaína) y de discutir el secreto bancario, que ampara en ocasiones el lavado de dinero proveniente de la droga, dijo.

También existe “coincidencia en (la tesis de) ‘cocaína cero’ y la discrepancia puede ser en la ‘coca cero’”, añadió. Morales deslizó que “aunque no lo dice” Estados Unidos puede estar dispuesto a aceptar el planteamiento de un ‘cato’ de coca (1.600 m2) por afiliado a las federaciones de cocaleros del Chapare, que suman unos 60.000.

“Después del ‘cato cero’ (convenido en 2004 con el ex presidente Carlos Mesa, se abrió un período de) ‘cero de muertos’, ‘cero de heridos’” en la lucha antidroga, justificó Morales, quien fue reelegido por dos años más para dirigir a los sindicatos cocaleros, cargo que compartirá con el ejercicio de la Presidencia.

Morales, que aceptó la designación, decisión que le valió críticas de la oposición, anunció que sostendrá una reunión al mes con los mandos cocaleros del Chapare.

El gobernante destacó que en el último mes mantuvo reuniones en tres ocasiones con Greenlee, recibió una llamada telefónica del presidente estadounidense George W. Bush y fue visitado por Thomas Shanon, subsecretario de Estados Unidos para Asuntos Latinoamericanos, en la transmisión del mando, el pasado 22 de enero.

Evalúa primer mes gobierno
LA PAZ (AFP).- El presidente boliviano, Evo Morales, se sintió “prisionero de las leyes y de la corrupción de algunos empresarios” en el primer mes de su gobierno, duramente castigado por emergencias climáticas y una huelga de pilotos, declaró ayer en un encuentro con la prensa extranjera.

El gobernante indígena, que asumió el pasado 22 de enero, confesó que “para mí es como si no fuese presidente” y que tiene la sensación de que “es una semana y no un mes” desde que se instaló en el palacio Quemado, sede del Ejecutivo.

Morales, que inicia diariamente una jornada de trabajo a las 5 de la madrugada en el despacho presidencial, deploró que “el tiempo no alcanza” para encarar la organización de su gobierno.

“El peor problema que tuve durante el primer mes fue el problema del LAB (Lloyd Aéreo Boliviano)”, cuyos pilotos cumplieron una huelga de nueve días por malos manejos de la administración y que dio lugar a una intervención preventiva de 90 días por parte del gobierno, confesó Morales.

Durante las primeras cuatro semanas de su mandato de cinco años, el nuevo jefe de Estado se sintió “prisionero de las leyes y de la corrupción de algunos empresarios”, reveló.