La Paz. EFE. El presidente boliviano, Evo Morales, enfrenta otra semana de protestas, la séptima consecutiva, con un paro nacional de 48 horas de chóferes desde el lunes y una huelga general de 72 horas desde el miércoles convocada por la Central Obrera Boliviana, entre otros conflictos. Los médicos y los trabajadores de la salud pública están en huelga desde marzo contra un decreto de Morales que aumenta su jornada laboral de seis a ocho horas, con cierres de vías hacia Brasil y Argentina y choques con la policía, y la mantienen a pesar de que Morales anunció suspendía la medida.