Bolivia's President Evo Morales delivers a speech after signing a joint statement in the framework of the II Bilateral Meeting of Presidents and Ministers of Bolivia and Peru in Sucre, Bolivia, on November 4, 2016. Kuczynski supports the bi-oceanic Brazil-Peru train through Bolivia, he said upon arriving in Sucre. / AFP / AIZAR RALDES
La Paz.– El presidente de Bolivia, Evo Morales, destituyó a la autoridad de fiscalización del servicio del agua y al gerente de la Empresa Pública de Agua y Saneamiento (EPSAS) de La Paz, donde desde hace más de una semana hay racionamientos.
“Somos culpables, pido disculpas al pueblo paceño”, dijo Morales sobre la gestión realizada por las autoridades del sector para afrontar la sequía que ha causado que 94 barrios de La Paz, sobre todo a las zonas residenciales del sur, estén sin agua.
El gobernante dijo que ha constatado en un sobrevuelo que las lagunas que proveen a La Paz están secas. Los autoridades no tienen claro ahora cuánta gente está afrontando los racionamientos en esos 94 barrios paceños. Morales también acusó a los funcionarios de no haber hecho advertencias sobre la situación para dar posibilidades de reacción al Gobierno.
“Hoy día estamos cambiando a la autoridad de fiscalización del agua y sobre todo al gerente de EPSAS”, anunció Morales, y adelantó que un nuevo equipo prepara un plan de soluciones a mediano plazo. Lamentó que “soluciones estructurales, inmediatas, no hay todavía” y sostuvo que “por más que se tuviera plata, no se puede conseguir agua” de manera inmediata.
Hasta el día de hoy, el gerente interventor de las EPSAS era Rudy Rojas y la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Agua Potable y Saneamiento era Benecio Quispe.
Morales insistió en que, si el Gobierno hubiese tenido la información adecuada, podría haber preparado medidas de alivio y previsión de la sequía que, aunque no hubieran evitado los racionamientos, sí habrían supuesto una mejor gestión de las necesidades de la población.
La mayoría de capitales regionales y muchas zonas rurales sufren racionamientos debido a la peor sequía que atraviesa Bolivia en 25 años.