La Paz. EFE.- El presidente de Bolivia, Evo Morales, comenzó hoy su tercer mandato consecutivo hasta 2020 y su décimo año de Gobierno con la promesa de que un día su país volverá al océano Pacífico con “soberanía».
“Nuestra demanda está bien encaminada. Por historia, por justicia y por derecho, un día vamos a volver al océano Pacífico con soberanía”, sostuvo Morales durante su discurso ante el Congreso, donde juró para seguir ejerciendo el cargo en el período 2015-2020.
En presencia de los presidentes de Brasil, Costa Rica, Ecuador, Paraguay, Trinidad y Tobago, Venezuela y Namibia, que acudieron a la toma de posesión, el gobernante destacó la demanda marítima presentada por su país ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Bolivia solicitó en 2013 a la CIJ un fallo que obligue a Chile a negociar su reclamo de una restitución del acceso soberano al mar perdido en una guerra en 1879 y que le costó 400 kilómetros de costa y 120.000 kilómetros cuadrados de superficie.
Chile rechaza la demanda boliviana y su Gobierno, encabezado por Michelle Bachelet, ha objetado la competencia de la CIJ para tratar este tema, un asunto que aún debe ser resuelto por el alto tribunal de Naciones Unidas.
Morales destacó también que la demanda ha sido encaminada “con solidez y consistencia” en el tribunal frente “a la dilación” en Chile para tratar la reclamación histórica boliviana.
Bachelet envió al presidente de la Corte Suprema de Justicia de Chile, Sergio Muñoz, para representarla en la ceremonia en La Paz, que culminó con la entonación del “Himno al mar”, una marcha militar sobre el reclamo marítimo boliviano.
Además de recordar la reivindicación marítima, Morales centró su discurso en repasar la situación doméstica del país, la mejora de la economía y los proyectos que emprenderá en este nuevo mandato para mejorar la deteriorada justicia boliviana y el sistema sanitario.
Como ya había anunciado, la alocución ante el Legislativo, de 51 minutos, fue “por respeto” a los invitados internacionales mucho más corta de lo habitual, ya que en ocasiones anteriores el gobernante llegó a hablar hasta cinco horas seguidas.
Morales, que asumió por primera vez la Presidencia en enero de 2006, será en octubre el mandatario con más años continuos en el poder en la historia de Bolivia, cuando rebase los nueve años y diez meses del militar Andrés de Santa Cruz (1829-1839).
Cuando termine su tercer mandato el 22 de enero de 2020, Morales cumplirá 14 años seguidos en el poder y también habrá superado el récord del presidente Víctor Paz Estenssoro, que en cuatro mandatos discontinuos gobernó en total 12 años y casi siete meses.
La oposición teme que el mandatario impulse un referendo constitucional para establecer la reelección indefinida, aunque Morales aseguró esta semana que dejará el poder en 2020 para abrir un restaurante en su tierra, Cochabamba.
Las críticas opositoras se basan en que el mandatario prometió públicamente no buscar un tercer mandato a cambio de sacar adelante la reforma constitucional de 2009, pero rompió su compromiso y se presentó a los comicios de octubre pasado, que ganó con un 61,3 %.
Un fallo del Tribunal Constitucional (TC) avaló esa tercera postulación, pese a que la Carta Magna que Morales promulgó en 2009 permite solo dos mandatos consecutivos. El argumento del alto tribunal fue que Bolivia se refundó como Estado Plurinacional en 2009, por lo que el primero de los mandatos de Morales (2006-2010) no era computable.
A la investidura de hoy asistieron los presidentes de Brasil, Dilma Rousseff, quien visitó Bolivia por primera vez; Costa Rica, Luis Guillermo Solís; Ecuador, Rafael Correa; Paraguay, Horacio Cartes; Trinidad y Tobago, Anthony Carmona; Venezuela, Nicolás Maduro; y Namibia, Hage Geingob.
También acudieron los vicepresidentes de Argentina, Bielorrusia, Cuba, Nicaragua y Perú, además del presidente del Congreso de los Diputados de España, Jesús Posada, entre otros representantes internacionales.
Los movimientos sociales, algunos llegados de otros países, quisieron sumarse a la fiesta desde la Plaza Murillo, donde se encuentran el Legislativo y el Palacio de Gobierno, y que en esta ocasión se vio bastante menos concurrida que en las anteriores investiduras de Morales.
Morales, junto a Nicolás Maduro, el vicepresidente argentino, Amado Boudou y otros invitados, salió al balcón del Palacio de Gobierno para saludar a sus seguidores y cantar la Internacional, mientras aplaudía las consignas que grupos de jóvenes coreaban desde la plaza.
Entre las anécdotas de la jornada estuvieron la brevedad de la visita de Dilma Rousseff, que fue la última mandataria en llegar y se marchó apenas terminado el acto en el Legislativo, y el guiño del presidente paraguayo a la cultura boliviana al lucir durante la investidura un tradicional poncho rojo que le regalaron a su llegada a La Paz.