La Paz (EFE).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, partió ayer hacia Holanda, primera etapa de una gira que lo llevará también a Nigeria y Cuba, en medio de la más grave crisis política de sus diez meses de gestión.
Antes de viajar repitió su llamado a los grupos opositores a que acepten dialogar con el gobierno sobre las diferencias que han provocado un agudo distanciamiento político entre ambos y amenazas de huelgas en varias regiones y sectores del país.
Sin mencionarla, Morales ratificó sus críticas a la alianza conservadora Poder Democrático y Social (Podemos) por el repliegue que ordenó a sus senadores, lo que ha causado la práctica suspensión de las sesiones en la cámara alta.
«Un sector político trata de bloquear» el funcionamiento del Congreso, dijo el mandatario, que tendió la mano a sus contrarios para que continúen las negociaciones iniciadas el jueves pasado por el vicepresidente, Alvaro García Linera.
«Las puertas del diálogo están siempre abiertas, aunque no para legalizar el latifundio», remarcó en alusión al rechazo de las patronales agropecuarias a un proyecto de ley de reforma de la normativa agraria.
Expresó confianza en que «haya una reflexión de algunos grupos que están en algunas movilizaciones», a los que demandó respeto por el derecho de los demás. Encargó a García Linera utilizar «paciencia y empeño» en las conversaciones pendientes con la oposición para tratar de encontrar solución a los problemas planteados.
El mandatario boliviano se embarcó en el avión presidencial a las 13.00 hora local (17.00 GMT), acompañado de los ministros de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, y de Hidrocarburos, Carlos Villegas.
En Holanda, Morales se entrevistará con la Reina Beatriz, el ministro de Asuntos Exteriores, Bernard Bot, algunos líderes políticos y con la Princesa Máxima, esposa del Príncipe heredero, qu es argentina.
Tras su visita al Reino de los Países Bajos, Morales regresará a Bolivia el martes 28, para volver a salir, horas después, esta vez rumbo a Nigeria y Cuba.
El presidente se vio obligado a hacer el viaje de esta manera, porque no cuenta con la debida autorización del Congreso y, en estos casos, la Constitución no permite a los mandatarios estar fuera del país más de cinco días consecutivos.
En Nigeria, participará de la Cumbre Africa-Suramérica, que tendrá lugar los días 29 y 30 de noviembre en la ciudad de Abuya, capital de esa nación africana.
Desde allí emprenderá viaje a Cuba para participar en la celebración del cumpleaños número 80 de su colega, amigo y aliado político Fidel Castro, programada para el 2 de diciembre en La Habana.
El Jefe de Estado parte al extranjero a pesar de la crisis política desatada esta semana, reflejada en la parálisis de la Cámara de Senadores, en una huelga de hambre, que hoy cumplió su noveno día consecutivo, por parte de un centenar de militantes de la centrista Unidad Nacional y en amenazas de las organizaciones cívicas de varios departamentos (provincias).
La Cámara de Senadores ha postergado sus sesiones debido a la retirada de los representantes de Podemos, que reclama por las imposiciones del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) en la Asamblea Constituyente.
A la huelga de hambre de militantes de la UN, se sumaron este viernes 33 personas en la ciudad tropical de Santa Cruz en apoyo de las reclamaciones para que el gobierno respete las normas de funcionamiento de la Constituyente.
Esencialmente, los opositores piden que la Asamblea apruebe sus decisiones con dos tercios de sus 255 miembros, como estaba establecido, mientras el oficialismo defiende la mayoría absoluta (128), cantidad que puede lograr con sus propios representantes.
La víspera de su viaje, en Santa Cruz, Morales tuvo que interrumpir un discurso que pronunciaba en la universidad pública y abandonar el lugar, debido a una manifestación de estudiantes, que, según pudo verse por televisión, la emprendió a pedradas con la caravana presidencial.
Los universitarios, que se enfrentaron a los seguidores delpresidente, gritaban eslóganes a favor del régimen autónomo que cuatro departamentos (provincias) bolivianas, entre ellos Santa Cruz, reclaman al Ejecutivo.