La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) reportó que el valor de las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe en el período enero-junio 2020 se desplomó en -17 por ciento y el de las importaciones en tasa interanual -18 por ciento, en volumen, la caída de -18.3% y 15.8%, lo cual significa que el índice de precios de los productos exportados e importados aumentó 1.3 % y 2.2 %.
El valor de lo que vendimos en el exterior se redujo en -7.97% y el de lo que importamos -9%, que descontando el aumento de precio se tiene que el volumen exportado en los primeros seis meses del año declinó en -9.3% y el importado -11.2 por ciento.
Como el desplome (-11.2%) del volumen importado fue superior al exportado (-9.3%), el sector exterior neto no restó al PIB que perdió fuelle en los primeros seis meses de 2020, decreció en -8.5% a tasa interanual. Su aporte fue positivo con 1.9 puntos porcentuales, dejando claro que la abrupta caída del PIB se concentró en el consumo de las familias e inversión de las empresas.
Estimo que la demanda interna detrajo 10.4 puntos porcentuales, como consecuencia del cierre autoimpuesto de empresas y comercio, desde mediados de marzo y hasta final de junio.
Para comparar busqué y no encontré precedente, nada igual registra la historia de nuestras cuentas nacionales, el costo que pagamos fue muy alto, si no fue superior se debió a la ultra expansiva política monetaria en vigencia desde marzo, las facilidades de liquidez y financiamiento suman RD$190 mil millones, equivalente aproximadamente a 4.0 % del PIB, política que se acompañó de reducción del costo del dinero, el objetivo del Banco Central es desencadenar un ciclo de consumo, inversión, productividad y mejora social, proceso que comenzó en julio con las empresas y negocios operando a medias, con un plan de normalización en pocas semanas, lo que en parte explica la demanda de préstamos en pesos, crece dos dígitos desde mayo, cerró con una tasa interanual de 11.4% a final de julio, lo que deberá tirar con fuerza el consumo de los hogares e inversión en bienes de equipo de los negocios, sin alterar el ritmo del Índice de Precios al Consumo.
Los datos a julio reportan que la inflación acumulada fue 2.32 por ciento y la subyacente, que excluye alimentos y combustibles, 2.89 por ciento.
Esta última mide la inflación que genera la política monetaria, el dato que es relativamente bajo y estable aconseja preservar el paquete de medidas monetarias combinado con la reducción del dinero, hasta que el crecimiento del PIB se sitúe alrededor de su potencial.
Tenemos el reto de recuperar la totalidad o un alto porcentaje de los RD$390 mil millones que perdimos en PIB en seis meses, para a partir de 2021 iniciar un proceso de crecimiento sostenido con empleos productivos, para reducir los elevados desequilibrios acumulados (fiscal y deuda).
Lo que está a nuestro alcance, para apoyar el criterio termino citando que para el Banco Mundial en 2020 el producto global registrará su mayor contracción (-5.2%) desde la Segunda Guerra Mundial y, sin embargo, espera rebote de 4.2% en 2021, para América Latina y el Caribe pronostica una contracción mayor en 2020, de -7.2%, con un rebote de 2.8 por ciento para 2021. Nosotros podemos rebotar con 5% de crecimiento en 2021.