Evoluciona lentamente salud Sharon

Evoluciona lentamente salud Sharon

JERUSALEN, (AFP) –  Una semana después de sufrir una grave hemorragia cerebral que le dejó a las puertas de la muerte, el primer ministro israelí Ariel Sharon seguía despertando lentamente del coma el miércoles y ya movía sus dos manos y pies, una evolución que sorprendió a los médicos más optimistas.

“Si me hubieran dicho hace una semana que esto iba a ocurrir no me lo habría creído. Es una persona muy fuerte”, declaró a la AFP el neurocirujano argentino Félix Umansky, a cargo del equipo médico que atiende al dirigente en el hospital Hadassa de Jerusalén.

El miércoles, Sharon ya movía las dos manos y los dos pies ante los estímulos de dolor provocados por los médicos, como pellizcos o pequeños pinchazos en las puntas de los dedos.

El último parte médico divulgado por el hospital informa de una “ligera mejoría” en el estado de salud del primer ministro, que sigue grave, estable y todavía bajo los efectos de una ligera anestesia.

Según Umansky, Sharon mueve con “más vigor” la parte derecha que la izquierda, aunque ésta “no está paralizada” como se temió en un principio. No obstante, el primer ministro sigue inconsciente.

El médico argentino aseguró incluso que había percibido también una reacción de Sharon ante las palabras de su hijo menor, Gilad, que se acercó a su padre y le preguntó cómo se encontraba.

“Está progresando y reaccionando mejor a medida que la dosis de anestesia disminuye”, explicó.

Por ahora, Umansky no ha podido determinar el daño sufrido por el cerebro del primer ministro y sus secuelas en los sistemas cognitivo y motor, algo que mantiene en vilo a todo Israel.

“No se puede todavía y costará tiempo. Evaluar sus capacidades intelectuales más elevadas llevará semanas o meses, aunque otras funciones, como por ejemplo el habla, se manifestarán antes”, opinó, explicando que para tener más elementos habrá que esperar a que los restos de la anestesia desaparezcan completamente del organismo de Sharon, lo cual llevará unas 36 horas desde el momento en que la sedación se interrumpa.

Frente a los que dicen que la vida del primer ministro no corre peligro, Umansky prefirió ser más cauto, ya que según él existe un alto riesgo de infecciones en cualquier persona en coma.

“Cuando una persona ya no tiene tubitos por todas partes, las posibilidades de infección de orina o de sangre o de una pneumonía son siempre menores”, explicó.

Pero según el experto argentino, el ritmo de evolución del dirigente es “muy bueno” y no conviene acelerarlo debido a las subidas de tensión arterial que normalmente provoca la salida del coma artificial en los pacientes.

“A nadie que esté cerca del estado de consciencia le gusta sentir un tubo cerca de la traquea o estár inmovilizado. El primer ministro se resiste a la intubación. Esto hace subir la presión arterial y por eso hay que ir despacio”, declaró.

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