Ex alcaidesa denuncia la amenazan
de muerte

Ex alcaidesa denuncia la amenazan <BR>de muerte

POR MANASÉS SEPÚLVEDA
La ex alcaidesa de la prisión de Najayo, Oneida Acevedo, se desligó ayer de las denuncias de extorsión e irregularidades que hicieron en su contra cinco reclusas y denunció que teme por su vida y responsabilizó de lo que pueda pasarle al ex procurador general Víctor Céspedes Martínez y a varios ex funcionarios de la Procuraduría.

Acevedo dijo que personas la han llamado amenazándola de muerte por la actitud que asumió al informar todo lo concerniente a la extorsión de reclusas de Najayo.

La cinco mujeres presas en Najayo declararon en la Fiscalía del Distrito Nacional que fueron estafadas con más de dos millones de pesos por ex empleados de la Procuraduría General que les ofrecieron gestionarle indultos.

Acevedo dijo que la primera que solicitó una investigación con relación a ese asunto fue ella porque los responsables estaban libres y que le ensuciaron su nombre.

Señaló que a quienes las reclusas entregaron dinero fue a una ex procuradora general adjunta y su asistente, «quienes iban de celda en celda».

Dijo que es de conocimiento de los presos en Najayo a las siete de la mañana antes de que ella llegara iban los “buscones” que ofrecían los indultos. Entiende que iban a esa hora para no encontrarse con ella.

Expresó que todo forma parte de un complot para dejarla a ella «embarrada» y ellos salirse.

«Fui varias veces donde el ex magistrado Céspedes y le dije  que se le iba a armar un lío con esas mujeres porque habían hablado que dieron dinero e incluso le envié una carta», explicó.

Consideró que las reclusas están «siendo manipuladas» por personas de poder, “por funcionarios que aún están en la dirección de Prisiones.”

A las reclusas le ofrecieron, dijo, que si declaraban en contra de ella, las iban a ayudar con el indulto del pasado 16 de agosto.

«Me quieren echar toda la culpa a mí y en realidad yo no tenía facultad para excarcelar ni dar indultos. Quienes manejaban los indultos eran la dirección general de Prisiones y la Procuraduría,» afirmó.

A un recluso que no haga lo que ellos le piden, afirmó, le pueden hacer daño en la misma cárcel.

«En el penal hay mujeres serias que han tratado de ayudarme pero no se atreven a hablar», dijo.

Indicó que los funcionarios que se involucraron en esa operación después que aceptaron el dinero de las presas quisieron devolvérselo porque no querían el escándalo. «Hay muchas reclusas que lo saben. Lo que pasa es que tienen miedo de hablar porque temen represalias», explicó.

Dijo que afectó muchos intereses y que fue la única que se preocupó por las reclusas, ya que les creó un colegio y fundó las escuelas de informática, repostería y alfabetización.

«Era recta cuando tenía que serlo, pero también era amigable con las reclusas que venían donde mí para cualquier problema», dijo.

Responsabilizó de lo que le pueda pasar a ella y a su familia, al ex procurador Céspedes Martínez, al general Juan Cáceres Ureña, ex director de Prisiones, al coronel retirado Marino Santana Lora y a la doctora Elizabeth Pérez Sánchez.

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