Para reducir la privatización de la salud y el gasto de bolsillo se requiere asignar los recursos en función de la demanda y las preferencias de la población y organizar la red de servicios por niveles de atención.
Asimismo, establecer una modalidad de contratación de los recursos humanos basada en un salario fijo, más incentivos a la dedicación y al desempeño.
Así lo considera Arismendi Díaz Santana, primer gerente del Consejo Nacional de la Seguridad Social y presidente de la Fundación Seguridad Social para Todos.
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Las preferencias
El Seguro Familiar de Salud (SFS) garantiza el acceso universal e incondicional a la salud y consagra la libre elección, transfiriendo el poder de decisión de los políticos, a los asegurados; de los burócratas a quienes compran, con sus limitados recursos el derecho al acceso seguro al cuidado de la salud, para sí y para sus dependientes, analiza Díaz Santana, experto en el tema.
“Ahora son los afiliados quienes asignan los recursos, al escoger a la Administradora de Riesgos de Salud (ARS) y a los proveedores de servicios de salud, de acuerdo a sus preferencias, con derecho a cambiarlos, si no les satisfacen”. Para ejercer este derecho hay que eliminar trabas burocráticas e informar y orientar mejor a los afiliados, considera.
Para el experto en seguridad social, el financiamiento a la demanda asegura mayor sinergia entre los recursos disponibles y los objetivos y metas. Además, le garantiza al país y a los gobernantes, que el aumento del presupuesto para salud, por primera vez, se traduzca en resultados tangibles en cobertura y satisfacción. Así se evita los pobres resultados del 4% en educación.
Organización
Díaz Santana propone la organización de la red nacional por niveles de atención. De acuerdo a la Ley 87-01, el cambio verdadero en la prestación de los servicios de salud y en la atención médica, debe iniciarse en el nivel local, donde coinciden la demanda y la oferta, y se concreta la relación médico-paciente. Por esa razón, el artículo 152 de la Ley dispone la organización de la red pública y privada, por niveles de atención.
Deficiencia
La falta de autonomía hospitalaria y de los demás centros, limita la capacidad resolutiva municipal y acentúa la privatización de la salud y los copagos. Es necesario transformar a los hospitales en verdaderas empresas públicas de salud, dotándolos de la autonomía de gestión necesaria para entregar servicios oportunos y de calidad, indicó el ex gerente.
Deficiencias
Analizó que las grandes deficiencias de la salud pública se derivan de la asignación de los recursos a la oferta a nivel central. “Quienes toman las decisiones desde el nivel nacional, carecen del compromiso local y desconocen sus problemas”.
Asimismo, dijo que quienes tienen la responsabilidad local y conocen sus problemas, no son quienes toman las decisiones. Esta contradicción termina acentuando la privatización y el gasto de bolsillo. El cambio reside en organizar la red pública en centros integrales de salud para optimizar los recursos.