Hoy 
POR FERNANDO QUIROZ
El ex fiscal Guillermo Moreno dijo anoche que en el país no hay jueces para castigar la corrupción debido a los intereses de grupos que se parcelan en el Poder Judicial hasta segar todo el aparato. Sostuvo que para que no prime la impunidad el Ministerio Público tendrá que fundamentar bien las acusaciones con pruebas válidas y creíbles para dejar poco espacio a las componendas.
Moreno habló en el quinto conversatorio Importancia de un fiscal especial para cada uno de los casos bancarios, coordinado por la Coalición por la Transparencia en el Hotel Lina.
Expusieron el director del Departamento de Prevención de la Corrupción, Octavio Líster, y los fiscales designados para coordinar los denunciados casos de fraudes bancarios del Baninter, Bancrédito y Mercantil; Francisco García Rosa, Daniel Germán Villalona y Carmen Alardo Peña, respectivamente.
Líster, designado por auto del procurador Francisco Domínguez Brito para investigar los casos bancarios, que se estima supera los RD$100 mil millones, planteó la necesidad de que los responsables de esos hechos no sólo paguen en la cárcel, sino que se recupere los bienes de los ahorrantes y del pueblo en general.
Por Coalición por la Transparencia y la Institucionalidad hizo de morador Luis Quezada.
Igualmente, Moreno recordó la debilidad que representa la tradición en el país de que los funcionarios del Ministerio Público dependan directamente del Poder Ejecutivo.
Hizo alusión a la cita que hizo el fiscal del Distrito Nacional, José Manuel Hernández, al ex presidente Hipólito Mejía, la cual fue retirada por el presidente Leonel Fernández bajo el argumento de que no se le había informado.
También hizo alusión a las declaraciones del secretario de la Presidencia, Danilo Medina, en el sentido de que el gobierno de Fernández había dado prioridad a la gobernabilidad en vez de la persecución contra la corrupción de la Gestión anterior.
El ex fiscal sostuvo que la impunidad tiene al país ante una situación de gravedad.
Insistió en que cada vez más gana cuerpo la impunidad cuando debe ser todo lo contrario después de la reforma judicial que fue iniciada en 1994.
Se creía, expresó, que el problema del Poder Jidicial estaba resuelto y que los problemas pendientes sólo estaban en los ámbitos del Ministerio Público, por sus debilidades, y de la Policía Nacional, por sus violaciones de derecho, pero ha salido a flote que la carencia es de todo el sistema.
Hay gran debilidad en el cuerpo de la magistratura en materia del castigo de la corrupción, precisó.
Cree necesario que la voluntad que ha mostrado la Procuraduría General de la República y los fiscales del Departamento de Prevención de la Corrupción se sienta reforzada con el apoyo y la vigilancia ciudadana.
