El proyecto del voto preferencial presidencial que conocerá hoy la Cámara de Diputados es una «barbaridad y un desatino absoluto» que lesionaría gravemente el proceso electoral.

Así lo advirtieron ayer Juan Sully Bonnelly, ex presidente de la Junta Central Electoral (JCE), y Julio César Castaños Guzmán, ex miembro de ese tribunal, en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio.

Bonnelly, quien fuera presidente de la JCE en las elecciones parlamentarias de 1998, dijo que la denominada Ley de Lemas, introducida al Congreso por Tirso Mejía Ricart, presidente del Consejo Nacional para la Reforma del Estado (CONARE), originaría un trastorno en la organización de las elecciones debido a que ya no hay tiempo suficiente para montar ese nuevo esquema.

«Es un desatino que se quiera introducir esta reforma a estas alturas. No hay tiempo, no puede llevarse a cabo una orientación feliz a la ciudadanía para que comprenda el proceso electoral que se va a llevar», dijo.

Bonnelly manifestó que todas las reformas que se introdujeron en el pasado se hicieron con dos años de antelación, por lo que alertó sobre la posibilidad de que haya un caos en el próximo proceso si los legisladores aprueban tal proyecto de ley.

Dijo que no hay tiempo ya para orientar a la ciudadanía y montar el proceso técnico.

«Estamos en enero y veo hoy que sale en la prensa el llamado a un concurso para la campaña de las elecciones de mayo próximo, pero ¿qué puede hacer la Junta si todavía se está en proceso de reforma?,» dijo.

Bonnelly manifestó que la reforma a la ley electoral es una pérdida de tiempo y una traba que limita la capacidad de la JCE en el trabajo organizativo de los comicios. Consideró que es imposible que haya unas elecciones transparentes con ese obstáculo.

«Tiene que haber elecciones. No es asunto de que se vaya a abortar con fines inconfesables. No, no, eso no es admisible porque entraríamos en una ilegalidad que es rechazable internacionalmente por los países de la Unión Europea y del Mundo», expresó.

En tanto, Castaños Guzmán dijo que resulta altamente complicado el proceso que se pretende introducir, porque solamente en la cuestión de los votos nulos crearía un problema terrible.

Agregó que también hay un impacto visual-psicológico que traería complicaciones porque los partidos que lleven más candidatos tendrían un recuadro más grande en la boleta.

La ley del voto presidencial preferencial permitiría a los partidos presentar más de un candidato en las elecciones presidenciales.

«Esto es inoportuno y crea aberrantes diferencias. De aplicarse esto tendríamos casi votos preferidos», expresó.