Ex jugador de grandes ligas
“Bobby Cox casi me mata con su  mirada”

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Cuando se habla de grandes torpederos defensivos, hay que mencionar a Tony -Cabeza- Fernández, un jugador que es admirado  por su responsabilidad  dentro y fuera del terreno de juego.

Sin embargo, su ex dirigente Bobby Cox no tuvo ese mismo concepto en la postemporada de 1985.

Sus relatos son de impacto en el libro “Anécdotas, contadas por los propios peloteros”, que en breve pondrá en circulación el periodista Franklin Mirabal.

Mientras los Azulejos de Toronto  asistían a los playoffs de 1985,   Fernández disfrutaba de su primera campaña como titular en el campo corto.

Estando en su residencia en Canadá, Cabeza recibe una llamada inesperada de un vecino de su hermana, que residía en Villa Juana, Santo Domingo. El joven le informaba que viajaría en los próximos días a Canadá y que le gustaría quedarse en su casa.

Resulta que la esposa de Fernández estaba en desacuerdo con el pedido, ya que el muchacho era desconocido para ella, además de que faltaban pocos días para que alumbrara a su primer hijo.

Como el chico prometió, llegó a la ciudad de Toronto e inmediatamente se comunicó con Fernández. El torpedero recoge al visitante y llama   a un amigo para que lo acepte en su casa, ya que su esposa no lo quiere en su hogar. El amigo acepta que lo lleven a su casa, pero con la condición de que lo traslade hasta su vivienda porque no puede buscarlo.

El amigo de Cabeza vivía a dos horas del estadio Skydome de Toronto y el partido iniciaría a las 7 de la noche. Fernández calcula que puede ir y regresar a tiempo para el juego. Llega a la vivienda del amigo a la hora señalada y se devuelve con la mayor rapidez posible. Sin embargo, sucede lo inesperado: un tapón larguísimo en la autopista. Un agente de tránsito nota que el torpedero regular del equipo de béisbol de la ciudad está metido en la congestión de carros.

Le pregunta el porqué no está en el estadio, y de forma rápida, le abre espacio y lo escolta delante hasta el parque de pelota.

Cuando Fernández llega a la cueva del equipo, ya estaban tocando el himno nacional. Durante sonaba la canción, el mánager Bobby Cox lo mira fijamente y le corta los ojos. El dirigente puso a   Manny Lee en el campo corto, pero en la segunda entrada metió a Cabeza en sustitución. Terminó el partido bateando tres hits en cuatro turnos.

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