El descenso de Danilo Medina y Margarita Cedeño de Fernández de la presidencia y vicepresidencia del país a diputados de la entelequia clientelista denominada Parlamento Centroamericano (Parlacen), ha suscitado diversos comentarios entre ellos el de que con su incorporación al organismo regional, buscan la inmunidad parlamentaria necesaria para librarse de posibles sometimientos a la justicia por alegados actos de corrupción cometidos durante sus mandatos en el país.

Otros hablan, en adición, a las ventajas y privilegios que garantizan esas posiciones, de los recursos a recibir estimados en 4,658 dólares mensuales o 10 mil, como afirma el conocido publicista Freddy Ortiz. Otros más maliciosos insisten en que lo que más les importa es el blindaje que reciben al pasar a formar parte del organismo regional con sede en la república de Guatemala.

Se recuerda que en el 2014 el expresidente Leonel Fernández y su ex vicepresidente Rafael Alburquerque fueron juramentados como diputados de la entidad.

Esa participación pasó sin pena ni gloria y como el partido gobernante en el país era el de ellos, tampoco hubo cuestionamientos, como sucede ahora que el PLD se encuentra fuera del poder y es objeto de serias pesquisas por los actos de corrupción cometidos durante sus gobiernos.

El país pertenece al Parlacen desde el año 2010 con una membrecía de 20 diputados y sus suplentes que son escogidos, por arrastre, en las elecciones congresuales que se celebran en el país, contrario a los exgobernantes que tienen sus puestos asegurados por 4 años. La entidad fue fundada en el 1991 y por su inoperancia sus posiciones se consideran premios de consolación a políticos fuera de competencia o retirados.