París, 14 oct (EFE).- El ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide acusa hoy a Francia y Estados Unidos de haber organizado un «golpe de Estado» contra él, que ha degenerado en un «genocidio», en una entrevista en el vespertino «Le Monde».
«Los responsables del golpe de Estado del pasado 29 de febrero son Francia y Estados Unidos», afirma Aristide, que ese día abandonó el poder y su país tras meses de violentas protestas y una rebelión que causaron cientos de muertos.
En su opinión, «lo que pasa actualmente en Haití, la masacre de inocentes, la represión ciega, la violencia, la sangre, todo confirma» que París y Washington han provocado un «genocidio».
Francia y estados Unidos se aliaron y gastaron millones de dólares para armar a «bandidos, vendedores de droga que hoy, todavía, siembran el terror en las calles de Puerto Príncipe», añade Aristide, desde su exilio en Suráfrica.
Según el ex mandatario haitiano, Francia, antigua potencia colonial, «ha organizado 53 golpes de Estado» en Haití para «impedir que un país de negros sea una referencia de libertad».
Se trata de «puro racismo», según Aristide, que pasó en una década de ser un presidente exiliado deseado por el pueblo haitiano a convertirse en un gobernante denostado por no colmar las expectativas de los que le auparon al poder.
El ex presidente califica de «manipulación» las denuncias de la violencia desatada por sus partidarios y compara las acusaciones contra él con las relativas a la existencia de armas de destrucción masiva en Irak.
«No es más que una nueva mentira para justificar su crimen», asegura, al reiterar que él siempre abogó «por la no violencia».
Sobre el apoyo estadounidense que recibió para retomar el poder en 1994, tras un golpe militar, explica que la política del actual presidente de EEUU, el republicano Georges W. Bush, es muy diferente a la de su antecesor demócrata Bill Clinton.
Y aunque no se pronuncia sobre las próximas elecciones en ese país, Aristide afirma que «el pueblo haitiano tendrá más simpatía por un presidente demócrata».
Para salir de la crisis, aboga por «un diálogo» bajo la égida de la ONU, en el que no sólo participen las fuerzas nacionales, sino también Francia y Estados Unidos «porque los extranjeros se han escondido detrás de los haitianos para ir de golpe de Estado en golpe de Estado».
«Fui elegido y quienes me eligieron reclaman mi regreso», asegura Aristide, que dice ser objeto de un «secuestro» desde que se vio obligado a abandonar su país.
El ex presidente, su esposa, Mildred Trouillot, y sus dos hijas, Christine y Michaelle, de siete y cinco años, se han instalado en una residencia oficial que el Gobierno sudafricano mantiene en la capital, Pretoria, para invitados.
Después de abandonar el poder, Aristide fue llevado a la República Centroafricana, pero quince días más tarde se marchó a Jamaica, que solicitó a Sudáfrica que lo acogiese a través de la Caricom y la Unión Africana.
Ambas organizaciones han reclamado una investigación internacional sobre las circunstancias en las que Aristide tuvo que dejar su cargo.