Ex presidente Aristide irrumpe en tramo final de campaña electoral de Haití

Ex presidente Aristide irrumpe en tramo final de campaña electoral de Haití

PUERTO PRÍNCIPE, (AFP) – El ex presidente de Haití Jean Bertrand Aristide, que prevé regresar este jueves a su país después de un exilio de siete años, irrumpe en el final de la campaña presidencial en medio de los temores de que su retorno altere el panorama político de la isla.  

Estados Unidos pidió a Aristide, tan carismático como polémico, que postergue su regreso para después del domingo, con el fin de evitar una situación que puede ser «desestabilizadora» para la segunda vuelta electoral que ese día enfrenta a una ex primera dama con un popular cantante.   Pero en Sudáfrica, donde Aristide vive en exilio desde 2004, un funcionario dijo a la AFP que Aristide tiene previsto tomar un avión este jueves hacia Haití.  

Estados Unidos considera que el regreso de Aristide, un ex sacerdote que si bien mantiene un amplio apoyo entre los más pobres fue destituido de su cargo dos veces en un periodo de 13 años, es un hecho potencialmente desestabilizador para el proceso electoral.  

«Regresar esta semana solo puede ser visto como una elección consciente de generar un impacto en el proceso electoral de Haití», dijo Elizabeth Trudeau, portavoz de la embajada de Estados Unidos en Pretoria.   El domingo se realizará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre la ex primera dama Mirlande Manigat y el popular cantante Michel Martelly.  

Manigat, de 70 años, tuvo la mayor cantidad de votos en la primera vuelta electoral en la que participó un 20% de los votantes haitianos y que estuvo cargada de violencia y acusaciones de fraude.  

Michel «Sweet Micky» Martelly, un popular cantante de 50 años, es actualmente el favorito, pero con una estrecha ventaja en los sondeos para ganar la presidencia.  

 El nuevo presidente deberá hacer frente a la titánica tarea de reconstruir el país tras el sismo que hizo añicos la capital y dejó 220.000 muertos.   Los seguidores de Aristide critican la lentitud de la reconstrucción del país luego del terremoto del año pasado.  

Aristide, de 57 años, accedió al poder tras enfrentarse a la dictadura de Jean-Claude Duvalier, llamado «Baby Doc», y fue el primer presidente de la isla elegido democráticamente en 1991.  

Ocho meses después de asumir, el 30 de septiembre de 1991, fue derrocado por un golpe militar encabezado por el general Raoul Cédras.   Forzado al exilio, logró azuzar a la diáspora de Haití para ejercer presión sobre el gobierno de Estados Unidos, que termina por intervenir militarmente en Haití con 20.000 hombres. Aristide regresa al poder en octubre de 1994 gracias a la ayuda de Washington.  

Su amigo y colaborador René Preval lo sucedió en la presidencia al ganar las elecciones de diciembre de 1995. Preval permaneció en el poder hasta 2001, año en que le entregó de nuevo la presidencia a Aristide.   Pero no logró culminar su mandato: es expulsado en febrero de 2004, en medio de una fuerte insurrección popular y la presión de Estados Unidos y Francia.   Varios haitianos pobres, que aún viven en la miseria tras el terremoto de enero de 2010 y una epidemia de cólera que provocó la muerte de al menos 5.000 personas, sigue recordando a Aristide de manera afectuosa.  

 «Es una figura muy controversial y está claro que ahora genera ya sea admiración pura o sentimientos muy fuertes de antagonismo,» dijo Robert Fatton, profesor de política y experto en Haití de la Universidad de Virginia.  

 «Esta claro que la élite no quiere que regrese al país y que la comunidad internacional no quiere verlo de nuevo en el país», dijo Fatton recientemente a la Radio Pública Internacional.  

El ex presidente manifestó por primera vez su deseo de volver a la isla poco después de que en enero lo hiciera otro ex mandatario, Jean-Claude ‘Baby Doc’ Duvalier, alegando que estaba «preparado» para regresar y contribuir en la reconstrucción del país, en particular en el ámbito de la educación.  

 Tal y como hizo Duvalier, Aristide insistió en que se mantendría alejado de la política, algo recibido con escepticismo por opositores y observadores internacionales.   Por otro lado, algunos observadores acusan a Washington de estar detrás de la expulsión de Aristide y de provocar una campaña en su contra.  

 «Sigue siendo un símbolo de la soberanía de Haití y de respeto por los pobres para millones de haitianos. Para Washington es inherentemente peligroso», escribió el mes pasado Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación Económica y Política.  

«Ahora que Aristide está volviendo, podemos esperar ver una campaña masiva contra él en los medios más importantes, con alegaciones de abusos a los derechos humanos y equivalencia moral en comparaciones con la dictadura de los Duvalier», concluyó.  

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