Excandidatos a la Presidencia defenderán institucionalidad

Excandidatos a la Presidencia defenderán institucionalidad

Desarmar la estructura político-económica que dirige el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para perpetuarse en el poder, desarticular complicidades en la Junta Central Electoral (JCE) y el Tribunal Superior Electoral (TSE) y restaurar la institucionalidad, son los propósitos que persiguen seis excandidatos presidenciales que califican los pasados comicios como una masacre electoral.

Luis Abinader, Guillermo Moreno, Minou Tavárez Mirabal, Pelegrín Castillo, Elías Wessin Chávez y Soraya Aquino reiteraron sus inconformidades con el desenlace de las elecciones presidenciales, congresionales y municipales del pasado 15 de mayo, argumentando que las irregularidades detectadas ponen en entredicho la legitimidad de los resultados emitidos por la JCE.

Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), denunció la existencia de un entramado político y económico que tiene garantizada la impunidad, y cuyos miembros son –a su juicio- los miembros del Comité Político del PLD.

“Por muchas razones, a ese entramado se le sobrepasaron las ambiciones este 15 de mayo, y la JCE no estaba preparada para sustentar esa estructura y sus objetivos, y por eso vemos la chapucería en que se convirtieron estas elecciones por los innumerables fraudes e irregularidades.

“La idea de los que estamos aquí es romper esa estructura, ese entramado mafioso, económico, político y judicial que le garantiza impunidad en sus actos de corrupción y en el proceso electoral.

“Tenemos que luchar para que se sepa la verdad de lo que ocurrió en estas elecciones, y lo más importante es romper con ese entramado mafioso de la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior Electoral.

Moreno, de Alianza País (ALPAÍS), consideró que las irregularidades observadas en el conteo de los votos son la parte final de un proceso que se inició con la “compra de la reelección del presidente Danilo Medina”.

“Eso continuó con un uso abusivo e ilegal de los recursos del Estado a favor de Medina; y es sobre esa plataforma que se monta la estructura del fraude que se perpetró el 15 de mayo”.

Al hacer esas argumentaciones, plantea que esta crisis postelectoral pone de relieve la debilidad institucional de la República Dominicana, y un proyecto político con vocación autoritaria que está representado por el partido de Gobierno.

Moreno explicó que él ha quedado sorprendido con el nivel del fraude en contra de los partidos opositores, “y nunca pensamos que esto iba a terminar en un retroceso que nos iguala a la crisis de 1994”.

Tavárez Mirabal, candidata por el Partido Alianza por la Democracia (APD), salió al frente de quienes dicen que las denuncias de irregularidades no son más que un pataleo producto de la derrota, por lo que expresó que su compromiso es luchar porque los procesos electorales garanticen la soberanía del voto popular y el respeto por el Estado de derecho “que ha sido muy golpeado”.

Una guerra desigual. Elías Wessin Chávez, del Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano (PQDC), prefirió las metáforas para describir su experiencia en las pasadas elecciones: “Fui desarmado a una guerra y regresé con vida”.

“Ingenuamente fuimos a un proceso electoral que creíamos tenía garantías, pero nos encontramos con fraudes que pensábamos ya superados”

A su juicio, la genialidad del mal estuvo en avalar lo que decían las encuestas, y los resultados no reflejan “el sacrificio que hicimos en un ambiente tan desigual y ahí está nuestra ingenuidad, ir a un proceso sin determinadas garantías”.

Retrospectiva al 2002. Pelegrín Castillo, aspirante a la Presidencia por la Fuerza Nacional Progresista (FNP), planteó que la génesis del supuesto fraude electoral hay que ubicarla en el año 2002, cuando el PLD comenzó a concentrar poder al aumentar sus posiciones en el Congreso.

Aunque destacó que la reforma constitucional de 2010 representó un paso de avance para el fortalecimiento democrático, faltaron instrumentos para ponerla en práctica, como el referendo y el plebiscito.

“Pero luego vino una reforma constitucional para forzar la reelección, y eso fue un golpe a la Constitución vigente, al sistema de partidos y al orden democrático, y además, se atacó el liderazgo emergente en las luchas internas del partido de Gobierno.

“Y todo esto termina en una experiencia profundamente traumática, y aquí están flotando los cadáveres electorales. Los datos mostrados evidencian el tipo de masacre que se orquestó”.

Soraya Aquino, candidata presidencial por el Partido de Unidad Nacional (PUN), lamentó que los partidos minoritarios hayan salido tan desfavorecidos del proceso electoral por las irregularidades en su contra. Asimismo, expresó que los miembros de la Junta Central Electoral se respetaran ya habrían renunciado.

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