Excelente cierre Temporada Sinfónica 2023

Excelente cierre Temporada Sinfónica 2023

La Temporada Sinfónica 2023 cerró el miércoles en el Teatro Nacional con un magnífico concierto dirigido por el maestro José Antonio Molina, en el que pudimos escuchar música de dos grandes y controversiales compositores del romanticismo, Richard Wagner y Piotr Ilich Tchaikovsky, virtuosos, capaces de acercar a las masas, a ese mundo espiritual de la música. Para el hombre y especialmente para los músicos, el romanticismo fue el medio expedito para expresar sus sentimientos.

Tras las notas de nuestro glorioso Himno Nacional, inicia el concierto, con un maravilloso torbellino de cuerdas y el preludio del tercer acto de la ópera “Lohengrin”, de Richard Wagner, drama de contenido histórico, los conflictos entre cristiandad y paganismo siglo X y Lohengrin, un caballero del Santo Grial. El preludio es un epítome de la obra.

Tras las cuerdas brillantes del inicio, la energía de los bronces transmite una sensación de alegría fantástica. El brillo orquestal se decanta en los metales que toman protagonismo, tras el choque de los platillos siguen hermosos fragmentos, con flautas y cuerdas fascinantes, y en alas de la música… imaginamos al cisne conduciendo la barca. La orquesta brilla, Molina pauta, un exquisito preludio para una exquisita noche musical.

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El concierto continúa con el “Preludio y Muerte por Amor” de “Tristán e Isolda”, drama lírico en el que Wagner cuenta la leyenda medieval de los amores desdichados de estos personajes, que al pasar del tiempo parecen inmortales.

El Preludio es una brillante composición de temas breves que se destacan en el curso de la ópera. Inicia con un susurro, los violonchelos ejecutan el tema de la “La Confesión de amor”, luego se desvanece en un acorde tocado por los oboes, los fagotes y el corno inglés, es el tema del “Deseo”.

Inicia el crescendo gradual, el tutti orquestal aumenta hasta alcanzar un climax de indescriptible vehemencia. La orquesta logra transmitir cada tema, con elocuencia sonora. Para el musicólogo Kurt Phalen “Este preludio es anhelo hecho música, pasión amorosa hecha sonido”.

La primera parte del concierto finaliza con la Obertura de la ópera romántica “Tannhäuser”. Todas las obras escénicas de Wagner poseen una base legendaria o histórica, Tannhäuser posee las dos. Personaje histórico, el “trovador del amor”, gustaba de las cosas buenas del mundo, de allí surgió la leyenda de que había morado en el Venusberg.

Inicia la Obertura con el tema “Canto lejano de los peregrinos”, asociado al perdón, la piedad y el amor puro, introducido por trompas, fagot, clarinete.

El segundo tema contrastante, “Venus”, amor sensual y lujuria, de gran contenido cromático, aparece en las cuerdas en sutiles y brillantes pasajes que nos conducen a un momento sublime, es una evocación del espíritu renacentista.

La Obertura cierra con un redoble de timbal y la orquesta en un fortísimo tutti. La belleza melódica de cada pasaje es proyectada por la perfecta cohesión de la orquesta, lo que sólo es posible a través de un ente unificador, el director José Antonio Molina. Tras el intermedio, el concierto cierra con la Sinfonía No.6 Op.74, “Patética” de Tchaikovski, que originalmente su autor llamó “Programática”.

El primer movimiento Adagio Allegro-non troppo, inicia con el solo del fagot, un tema sombrío, transmite soledad, sufrimiento, expresa el estado anímico en que se encontraba Tchaikovsky.

El segundo tema en forma de sonata, es una sentida melodía tocada por las cuerdas con apasionado lirismo, luego un fuerte estallido del tutti, un reto para la orquesta y el director, que superan con gran altura, la Coda termina con los vientos en una coral.

El segundo movimiento Allegro con Grazia, inicia con un elegante vals dolorido, los violines parecieran llorar mientras los timbales golpean a un ritmo continuo.

El tercer movimiento Allegro molto vivace, es un scherzo, dos temas, angustia y tristeza, culmina en un crescendo hasta llegar al climax, golpes de platillos se levantan por encima de la orquesta, un tambor contesta, es la llamada del Destino, una brillante Coda cierra el movimiento. Momento estelar de la orquesta.

El Finale. Adagio lamentoso, los violines inician un tema desolador, es el presentimiento, un segundo tema, dulce y triste, expresa resignación, metales y cuerdas introducen la Coda, la Sinfonía alcanza un clima sonoro, con grave repique de los contrabajos, poco a poco la obra se va desvaneciendo hasta el silencio… termina la Sinfonía. El público absorto sale de su ensimismamiento, se levanta y aplaude visiblemente emocionado, a la orquesta y al maestro Molina, gran timonel que ha llevado a nuestra Sinfónica a un nivel superior.

Cierra la Temporada Sinfónica, hasta el próximo año.