Excelente iniciativa del Colegio
Dominicano de Artistas Plásticos

Excelente iniciativa del Colegio<BR>Dominicano de Artistas Plásticos

MARIANNE DE TOLENTINO
El Colegio de Artistas Plásticos, que mejor conocemos por sus siglas CODAP, se creó a mediados de los 70 y constituyó un avance para el medio artístico. Esa iniciativa se produjo en el justo momento, cuando crecía el número de artistas visuales, se diversificaban estilos y tendencias, y surgía un mercado del arte nacional.

Correspondía, además, a un período político favorable: era evidente que durante la dictadura de Trujillo     esa asociación no hubiera tenido la libertad de expresión ni de acción necesaria, debiendo encomiar, doblegarse o desaparecer.

Los artistas plásticos han de contar con una institución que les defienda como clase profesional y proponga ideas, medidas y reformas que les beneficien individual y colectivamente. Así debía suceder con el CODAP, que cumplió ese papel, a niveles distintos, según las directivas que asumían su liderazgo. En nuestro país, como en casi todas partes, la «cúpula» institucional es la que determina la eficiencia de un organismo.

Por su naturaleza, el colegio de artistas ha mantenido  relaciones, no solamente con sus miembros, sino también con escuelas, museos, centros culturales, asociaciones afines en el sector público -principalmente- y en el privado. Los resultados de sus gestiones han sido variables, pero globalmente orientados hacia el progreso de la condición del artista. Actualmente el CODAP, encabezado por Alberto Bass y Antonio Guadalupe, artistas de larga trayectoria,  demuestra una voluntad firme de incidir cualitativamente en el acontecer de las artes plásticas y visuales en general.

Quiere estrechar sus vínculos con las demás instituciones dedicadas al arte, en particular con los críticos, y su asociación aspira a mejorar la realidad del trabajo y los eventos determinantes para la vida nacional. En este contexto acaba de celebrar jornadas muy importantes, concernientes a lo que debería ser el hecho histórico más contundente para la evaluación y el avance artísticos: la Bienal Nacional de  Artes Visuales, que, desde su creación en 1942, ha sido objeto de aplausos, de ataques y de polémicas.

DATA-CODAP 2007

La mesa redonda, que realmente fue una serie de paneles desarrollados a lo largo de tres jornadas, tuvo por anfitriona la Academia de Ciencias, una institución que actualmente sobresale por su dinamismo y su proyección hacia la comunidad. Hemos de elogiar la organización ejemplar del evento, ascendiendo a un nivel de seminario o congreso, desde las atenciones a los oradores y al público hasta la documentación que se entregó, siempre con sonrisa y educación. La excelente sala de reuniones de la Academia y sus instalaciones fueron un marco óptimo.

Lamentamos que por las condiciones climáticas y el cúmulo de obligaciones a menudo simultáneas,  no  haya habido una  mayor asistencia que se beneficiase de las notables exposiciones y debates allí presentados. La escasez de público suele ser un elemento frustrante, pero, por su frecuencia, hay que superar las reacciones emotivas y centrarse en los resultados. Luego, el CODAP va a publicar las ponencias e intervenciones esenciales, así la de Rosa Taváres, otro logro que se anota el colectivo.

Una invitación inteligente se dirigió a personalidades que representaban a instituciones – por ejemplo el Museo de Arte Moderno, la Asociación de Galerías de Arte, el Museo del Dibujo, el Centro Cultural Cariforo- lo que permitió una simbiosis de individuos y colectividades relevantes. Por tanto la calidad de las presentaciones fue alta, igualmente -por lo general- la participación de los oyentes. El inculpado de ese magno areópago …fue la XXIV Bienal Nacional de Artes Visuales. Según se podía prever, las opiniones variaron, unas más favorables, otras más negativas, pero siempre se mantuvo, por más radicales que fueran los  criterios y observaciones, en los límites del respeto y la convivencia. Afortunadamente, lejos están en el recuerdo los libelos portadores de firmas, entregados al Museo de Arte Moderno. En este aspecto, estamos evolucionando correctamente… Existe el sentir compartido de que la Bienal Nacional, único concurso oficial para las artes, debe modificarse nuevamente. Tanto más que, en principio, constituye el barómetro del arte nacional en el bienio, para la contemporaneidad, los creadores del porvenir y las tendencias dominantes en el país -Santo Domingo y Santiago casi exclusivamente-. Luego, y se trata de un punto importante, ya que no hay una política ni un presupuesto de adquisiciones por parte del Estado, y ya que las donaciones escasean, …la gran fuente de aumento de la colección del Museo de Arte Moderno son  los premios de la Bienal Nacional.

Consideran, pues, objetable que sean instalaciones perecederas y carentes de un espacio adecuado, que no haya más pinturas y dibujos (las grandes categorías dominicanas); que la Bienal involuntariamente contribuya a la agonía del grabado y aun de la escultura; que categorías viejas, de decenios, como el performance y el video, se consideren el climax de la actualidad; que no se diagnostiquen las imitaciones del exterior… Una cantidad de errores, perfectamente enmendables, sobre todo cuando las intenciones de las autoridades culturales son buenas… y que finalmente sea el patrimonio del Museo el que finalmente sufrirá las consecuencias.  No cabe duda de que los jurados cargan una responsabilidad, y que la fijación sobre personalidades foráneas -a veces las mismas reiteradamente-, contribuye a estos resultados desorientadores.

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