El maestro José Antonio Molina, director titular de la temporada sinfónica, junto a la violinista Aisha Syed en el Teatro Nacional.
Bajo la batuta siempre precisa del maestro José Antonio Molina, y el talento de la violinista Aisha Syed, el público de SD disfrutó de una puesta en escena exquisita
Oficialmente la Temporada Sinfónica de este año inició en el Gran Teatro del Cibao de la ciudad de Santiago de los Caballeros, por iniciativa de su director, el maestro José Antonio Molina. Con una reedición en parte, del concierto presentado allí, dio inicio la Temporada Sinfónica en el Teatro Nacional Eduardo Brito.
Luego de las notas gloriosas de nuestro Himno Nacional; la famosa violinista nuestra, Aisha Syed, hace su entrada. El maestro Molina pauta, el primer movimiento “Allegro moderato”, del concierto en re mayor, Op.35 para violín y orquesta, de Peter L. Tchaikovsky, considerado uno de los conciertos más populares y difíciles para este instrumento.
Tras la breve introducción orquestal, la solista introduce el primer tema lírico, fascinante, sello inconfundible de este maravilloso concierto. Las bellísimas sonoridades del violín, con un brillante “stacatto”, son acompañadas por el intenso colorido orquestal. El tema principal culmina en una cadenza, Aisha una vez más muestra una alta técnica que la lleva al virtuosismo, y se decanta en los arpegios y rápidas escalas, hasta concluir en una vigorosa coda.
Una dulce melodía expuesta por las cuerdas, da inicio al segundo movimiento “Canzoneta: Andante”, el violín solista acentúa el tono romántico y junto a la flauta y el clarinete, en una especie de diálogo producen un momento sublime.
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En el tercer movimiento “Allegro vivacissimo”, del rondó final de brillante virtuosismo, se pasa a un segundo tema con un cambio de ritmo y marcados acentos orquestales, escuchamos entonces el frenesí de las danzas eslavas que nos remite al gopak ruso, el violín alcanza contornos espectaculares, la musicalidad de Aisha Syed en las complejas figuraciones ornamentales, produce una ejecución espectacular.
La batuta siempre precisa del maestro José Antonio Molina, consigue de la orquesta un sonido consistente, equilibrado, que permite el pleno disfrute de este emblemático concierto para violín, y sin que sea esto una novedad, el maestro Molina dirigió sin partituras.
La emoción del público lo lleva a levantarse de sus asientos y aplaudir largamente a la orquesta, al director, a Aisha que emocionada, regala al público otro exquisito momento musical. De la partita No.2 en re menor, de Johann Sebastian Bach, interpreta “Allemande”, danza barroca, primera de la partita. Nuevamente el público ovaciona a Aisha Syed.
Luego del intermedio cambia el ambiente, los aires de nuestros ritmos autóctonos penetran nuestros sentidos, es la “Fantasía Merengue”, obra cercana a la Rapsodia, del maestro y compositor José Antonio Molina, quien se inspira en doce temas folclóricos, unidos libremente. Dirigir su propia obra es una satisfacción, pero, más aún, un compromiso.
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Luego del hermoso prólogo, escuchamos de manera sutil y como homenaje a nuestros compositores, las notas de los clásicos merengues “Papá Bocó”, de Manuel Sánchez Acosta, luego con fina armonía, “Los algodones”, de Crispín Fernández y más adelante, “La empaliza”.
La excelente orquestación en esta versión sinfónica, el enlace de los temas, da a nuestra danza nacional en sus dos modalidades –pambiche y bolemengue- una dimensión mayor, más universal. La tambora y la güira toman protagonismo, no pueden faltar, se unen al tutti orquestal llevándonos esta cadenciosa fantasía, a vibrar finalmente en una fuga, que alcanza sonoridades insospechadas al conjuro mágico del “Jarro pichao”.
Pianista, compositor y director, José Antonio Molina, cuyo talento ha trascendido más allá de nuestras fronteras, ha llevado a nuestra Orquesta Sinfónica Nacional a un nivel de excelencia. El numeroso público congregado en la Sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, impregnado de nuestros ritmos, de nuevo rinde homenaje a nuestra orquesta, al maestro Molina, consciente de haber escuchado un concierto de altísima calidad musical. Un buen inicio de la Temporada Sinfónica 2022.