Excusas y gran pesar

Excusas y gran pesar

Hoy escribo para transmitirles mi mayor excusa por un error en que incurrí en mi pasada publicación. Aunque explicable, es grave y me avergüenza haberlo cometido aunque no fuera mi intención y haya sido solo consecuencia de una confusión inaceptable.

En realidad, no hay justificación ni excusa que sea suficientemente válida para obviar darle créditos a quien crédito merezca. El artículo “El Hombre Total”,  que envié para publicación por error, recoge evidentemente solo reseñas de textos de distintos autores, y gran parte de las informaciones habían sido publicadas anteriormente en la Revista Global, de la Fundación Global y Desarrollo, por la poeta, ensayista y crítica literaria dominicana Ylonka Nacidit Perdomo, a quien debo dicho mérito, ya que escribió esas palabras honrando la memoria del “prócer, maestro y civilista Emilio Prud’homme”.

Por respeto a ustedes, asiduos seguidores de mis escritos, y más aún a este prestigioso medio que por más de cinco años me ha acogido muy cordialmente para ser parte del círculo de sus fieles columnistas, permitiéndome desarrollar conocimientos y experiencias, les  reconozco el grave error cometido. Ciertamente, no fue intencional y solo producto de un imperdonable descuido. Al fichar las informaciones que habría de utilizar en la redacción del artículo lo rotulé con el mismo título del trabajo que estaba preparando y que sería el que habría de mandar. Al momento de hacer “clic” adjunté el de las fichas y no el redactado por mí.

Todo el que ha seguido mis trabajos tiene conciencia de la honestidad intelectual con que siempre he escrito, citando a los autores cuando ha correspondido; el “plagio”, en que de facto he incurrido, no por involuntario deja de ser algo muy lamentable que puede haber ofendido a más de uno y me llena de enojo.

Como “errar es de humanos” y “rectificar de sabios”, seguiré por la vida -Dios mediante-  velando ahora más cuidadosamente, por ser transparente y honesta, ese es el mayor legado que puedo dejarle a mi hijo,  el mayor regalo que la vida me ha dado, para que siempre pueda recordarme como ejemplo a seguir. Quiero por este mismo medio y en este espacio hacer llegar mis sinceras excusas a la Fundación Global, a su prestigiosa Revista, y a todo aquel que haya ofendido y, en especial, a Nacidit Perdomo por aceptar mis sinceras excusas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas