El destituido fiscal de Samaná, Roberto Justo Bobadilla declaró que apelará la sentencia que lo destituye de su cargo por supuestamente haber acosado sexualmente a varias mujeres en Samaná.
“De las más de 20 mujeres que dijeron que abusé de ellas, sólo cinco se presentaron al juicio disciplinario que el Consejo Superior del Ministerio Público (CSMP) llevaba en mi contra, y ninguna presentó pruebas como: mensajes, fotos o audios que me incriminen. Todo se trata de una campaña para desprestigiarme por mi lucha contra el narcotráfico en la zona”, afirmó.
En relación a la audiencia a la que fue sometido tras las querellas, dijo que sus derechos fueron violados al “secuestrarlo” por más de 30 horas y no permitir que se comunicara con sus familiares ni tomara los medicamentos que le correspondían por sus problemas de salud. No era un juicio, era una carnicería contra mí”, enfatizó.
Bobadilla dijo en una rueda de prensa en el restaurant Vizcaya, que él y su familia se sienten perseguidos y humillados ante el “tamaño de esta gran mentira”, pero pese a eso confía en que la justicia limpiará su nombre, ya que dice, tener las pruebas para hacerlo.
Las evidencias que afirma tener el juez, aseguró, son unos audios grabados durante el desarrollo del juicio y otros documentos, “donde consta que muchas de las acusaciones fueron inventadas”.
Aprovechó para aclarar que continuará siendo fiscal y recibiendo su salario, pese a la sentencia emitida durante el juicio disciplinario al que fue sometido. A Bobadilla le apoya Eugenio Torres, de los Derechos Humanos Sin Rostro.