El exgobernador del Banco Central José Lois Malkún consideró ayer que para el año siguiente deben iniciar los trabajos de una reforma fiscal que, a su juicio, debió ser implementada en 2017, puesto que el presupuesto está “cargado de gastos superfluos y vagabunderías”.

El economista reconoció que la difícil situación económica en la que se encuentra actualmente el país como secuela de la pandemia del coronavirus no es un ambiente propicio para impulsar una reforma fiscal, pero que sí se podría empezar a promover a partir del 2021.

También admitió que las reformas fiscales “si no se hacen bien, pueden sacrificar al pueblo, por eso hay que hilar muy fino para que eso se evite”.

“Hay reformas que ayudan y mejoran la situación de los pobres, porque como estamos ahora no se puede seguir, hay una excesiva concentración de los ingresos en este país”, manifestó Malkún.

Además de un pacto fiscal, el exgobernador del Banco Central recordó que aún están pendientes las reformas laboral, eléctrica, de salud, educación y de la ley monetaria y financiera.

Duplicar ayuda. Francisco Antonio “Tony” Peña Guaba, próximo coordinador del Gabinete de Políticas Sociales, reiteró que Abinader mantendrá hasta diciembre los programas sociales temporales concebidos para aliviar el golpe económico de la pandemia.

En cuanto a los programas fijos, Peña Guaba adelantó que planea duplicar el monto que entrega el programa “Comer es Primero” al aumentar de RD$825 a RD$1,650, pero aclaró que habrá que esperar a la elaboración del próximo presupuesto porque “hay que ver cómo están las finanzas públicas”.

Sobre las personas que podrían dejar de ser beneficiarios de estos programas, el futuro funcionario recordó que sus condiciones siempre son revisables, pero que en medio de la crisis por la pandemia “hay que tener mucho cuidado”.

“Hay mucha gente que quizá estaba en una situación que le permitía salir de la protección social, pero quizás esa persona tenía un pequeño negocio que se le cayó”, conjeturó.