El obispo emérito de la Arquidiócesis de Santo Domingo, monseñor José Arnaiz, instó ayer a los comunicadores sociales a hacer el bien, buscar la perfección creciente de la humanidad, esforzarse en consolidar y enriquecer la excelsa misión de la familia, tal como aconsejó el Papa Juan Pablo II.
En una homilía en la misa que ofició en la Catedral Primada con motivo de la XXXVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, monseñor Arnaiz exhortó a los profesionales del país a no debilitar, envilecer, ni dificultar la sagrada función de la familia.
Frente al grupo de periodistas que asistió a la misa ayer en la mañana, reflexionó sobre la dimensión ética de estos profesionales en su labor de informar, orientar y educar.
Les recomendó tener presente el mensaje del Santo Padre que los llama a estar concientes del poder que en la actualidad tienen los medios de comunicación, a la vez que les advierte «jamás utilizarlos para el mal».
Expresó que la corrupción en la administración, la ostentación insultante, el mal manejo del tesoro público, la drogadicción y la emancipación prematura del hogar, son los principales males que afectan en la familia.
Arnaiz bendijo y felicitó a los periodistas y les dijo que cuenten con sus oraciones y que desde hace 43 años se dedica a escribir artículos en medios de comunicación escritos.
Arnaiz afirmó que es claro que es mucho lo que los medios de comunicación pudieran hacer por la familia con su imponente poder.
«Pero tenemos que decir y ser sinceros que directa o indirectamente son excesivos los mensajes suyos que atentan hoy contra la familia mundial y nacionalmente», subrayó Arnaiz. Concelebraron la tradicional misa organizada por la Comisión de Medios de Comunicación de la Conferencia del Episcopado en compañía del padre Evaristo Heres y Ángel María Acevedo.
Asimismo, deploró que con excesiva frecuencia la prensa trasmita la realidad de la vida sin laceradas críticas o condenas a fenómenos que repercuten muy negativamente sobre la sociedad y consecuentemente, en el desenvolvimiento normal y sano de la familia.
Señaló que en algunos medios se evidencia el rechazo de los hijos como agresores de la felicidad conyugal, la reducción de la prole por razones meramente egoístas, baja estima y desprecio de la vida, así como la presentación cada vez más fanatizada de la sexualidad.
Se opuso a que se utilicen niños para trabajos de adultos y para la guerra y a la maternidad irresponsable.
«Migraciones forzadas, políticas y económicas, pobreza extrema e inhumana; machismo, fugas maternas, pérdida del sentido y de la grandeza de la maternidad, falta de amor sacrificado, abandono a su aire y a la suerte de tantos niños y niñas callejeros», son algunos de los principales males sociales.
Aconsejó a los comunicadores que se propongan ayudar y no obstaculizar a la familia dominicana en su excelsa misión.
Expresó que la familia es el grupo social más espontáneo, sólido y universal, el medio más apto para la maduración del ser humano, el agente de socialización más eficaz, el instrumento más eficiente a nivel religioso de la suscitación y de la vivencia de la fe.
Manifestó que está seguro de que la grandeza de la familia está en ser santuario de la vida, célula primaria y vital de la sociedad y de la iglesia doméstica.
Más de cien voces integran el Coro de la Catedral, bajo la dirección del maestro José del Monte, que inició la celebración con el himno de Bendición y finalizó con María tu amor.
Asistieron a la eucaristía el director general de Cadena de Noticias (CDN), canal 37, Fernando Hasbun, y su esposa la periodista Alicia Ortega, en compañía de su pequeña hija.
El director de Televida, canal 41, y director de la Comisión de Medios de Comunicación, ingeniero José del Carmen Ariza y su esposa Mercedes.