El presidente de la Suprema Corte de Justicia, Julio Subero Isa, exhortó anoche a los medios de comunicación a servir de informantes, educadores y observadores críticos de la reforma judicial, contribuir a reconocer las violaciones que se pretendan hacer, así como a defender sus derechos y utilizar los mecanismos que el Código establece para la defensa.

Espera que todo esté listo para la aplicación del nuevo Código Procesal Penal en septiembre próximo, lo que implicará el destierro de viejas y arraigadas prácticas y la necesidad de un cambio de mentalidad de cultura en los actores judiciales.

Manifestó que le toca a los periodistas y medios de comunicación convertirse en la voz de los agraviados denunciando las fallas, detectando los fortines, las trincheras desde donde los defensores del pasado torpedean el proceso de cambio.

Al dictar una conferencia sobre Reforma Procesal Penal a periodistas y comunicadores en la Escuela Nacional de la Judicatura, aseguró que con la vigencia del nuevo Código los ciudadanos ven reivindicados sus derechos constitucionales y la República se inserta en las corrientes jurídicas de los países donde prodomina un sistema democrático respetuoso de los derechos humanos.

«Las personas cometemos los mismos delitos, rebamos, matamos, engañamos, violamos, la historia de siemplre. Parte de la evolución se explica porque las sociedades han ido cambiado a lo largo del tiempo su forma de concebir el delito, han entendido mejor sus causales y por ende, han cambiado las formas en las cuales lo penalizan», dijo.

Resulta necesario reconocer que en la práctica ha resultado muy difícil la aplicación de esas creencias por lo que los sistemas penitenciarios en un muy alto porcentaje, en lugar de reducar al delincuente afianzan su comportamiento desviado, en lugar de humanizarlos lo deshumanizan, en lugar de mostrarle la luz lo hunden en la más profunda oscuridad.

Las cárceles en lugar de salvar vidas, de recuperar personas, se convierten en cementerios para muchos, en virtuales centros de enseñanza criminal para otros y en la salvación de sólo unos cuantos.

Expresó que el sistema penitenciario, de por sí ineficiente y obsoleto, empeora aún más su incapacidad de reeducación de los reos debido a la temenda carga que representan los presos prevenibles.

Destacó que a pesar de los avances en el Poder Judicial en los últimos años y de los ingentes esfuerzos que la Suprema Corte de Justicia ha hecho por disminuir el porcentaje de los presos preventivos vía la agilización de los procesos judiciales y la reducción de la mora judicial, la situación ha mejorado muy poco.

Dijo que desgraciadamente tiene que reconocer que en el país todavía prima una lenta administración de justicia, anquilosada cual reumática anciana.

Sin embargo, aclaró que no pretende decir que la aplicación del nuevo Código Procesal Penal constituye la panacea, la cura definitiva al problema de la mora judicial, pero que su aplicación en septiembre constituyen fuertes puntos de apoyo para avanzar en la búsqueda de una definitiva solución a la administración de justicia.

Dijo que el pueblo no tiene la menor idea de las implicaciones de la puesta en vigencia del nuevo código, donde los periodistas y los comunicadores sociales a nivel general deben jugar un rol estelar para revertir la situación.